Rosa Torres: El encierro que ahoga a Guayaquil

Urge crear corredores seguros, que permitan la movilidad de la población, que no puede seguir ahogándose en el miedo a la violencia criminal imperante
Desde la tarde del viernes, cuando una parte de la población salía de Guayaquil por el feriado de Independencia de la ciudad, otra mayoritaria decidía quedarse, sin más plan que ir a comer a algún centro comercial o encerrarse los tres días en su casa, mirando televisión o realizando alguna otra actividad hogareña, por miedo a ser alcanzado por la ola de violencia criminal que desangra al país.
Unos no tuvieron dinero para el viaje ni la salida familiar, pero otros ni siquiera el ánimo para poner un pie en la calle, porque no terminaba de caer la noche cuando empezó a difundirse la noticia de que la matanza en la Penitenciaría del Litoral tenía nombres y apellidos: los seis sicarios colombianos que acabaron con la vida del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Con qué ganas se sale de Guayaquil hacia otras partes del país si hacerlo es un alto riesgo que muchos preferimos evitar. Las vías hacia Daule y hacia Durán son dos de las tres principales salidas hacia el resto del país que da miedo transitar en el día, peor en la noche. Cada vez que hay matanzas en la Penitenciaría del Litoral, la vía a Daule se cierra y, por horas, los carros y sus ocupantes pueden quedar atrapados en el tránsito y la zozobra que causan los violentos y sus balazos. Así, un paseo puede tornarse, en cuestión de minutos, en un mal rato que nadie quiere pasar.
Si el miedo evita el tránsito por la vía a Daule, el pánico carcome los nervios de quienes se atreven a ir por Durán. Solo por allí se llega a los cantones del sur de la provincia del Guayas y las provincias de Cañar, Azuay, El Oro, Loja, Morona Santiago, Zamora Chinchipe. Y también es la ruta hacia parte de Los Ríos y la Sierra central y norte.
Fue en Durán donde secuestraron a la ya liberada exalcaldesa Mariana Mendieta, donde atentaron contra el alcalde Luis Chonillo y donde todos los días se cuentan por decenas los muertos y secuestros extorsivos.
La tercera vía principal de salida y acceso a la ciudad, la que lleva a la costa, no queda libre del miedo. Allí explotó el fin de semana un vehículo y una cuadrilla de violentos entró a una urbanización, habitada mayormente por marinos, para llevarse a un hombre solo identificado por sus empleados como ‘Dimitri’. ¿Y dónde está la fuerza pública? ¿Qué esperan para crear corredores seguros?