Rosa Torres Gorostiza | A defender la libertad de prensa
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No pueden los políticos regular a la prensa a su conveniencia y llamarse demócratas
En democracia, y Ecuador es un país democrático, la libertad de prensa debe ser protegida y respetada porque es un pilar fundamental para sostenerla. Y no me refiero al libertinaje de aquellos pseudo medios de comunicación, creados para defender los intereses de grupos económicos y políticos que utilizan la pauta publicitaria como moneda de cambio de favores. Tampoco me refiero a ese conglomerado de comunicadores sociales que dejaron la ética de la profesión a un lado para venderse al mejor postor y, desde portales digitales, hacer antiperiodismo.
Si no fuera por la prensa, por aquella que el gobierno de Rafael Correa quiso silenciar y desprestigiar llamándola prensa corrupta porque no se alineaba a sus intereses políticos, muchos actos de corrupción de ese gobierno no se habrían conocido.
Y es a esos pocos medios de comunicación que aún quedan, que no obedecen a la pauta municipal o gubernamental, pero que sí responden a los intereses ciudadanos, a los que el correísmo quiere controlar con una nueva Ley de Comunicación, aun cuando ni siquiera se posesiona la nueva Asamblea Nacional ni se conoce quién ocupará la presidencia de la República porque la segunda vuelta recién será el 13 de abril.
El asambleísta correísta electo Xavier Lasso ha dado, con sus recientes declaraciones, las primeras señales de cómo pretenden coartar la libertad de prensa y de expresión a través de la creación de una nueva ley mordaza, que silencie a los periodistas honestos, a los que exponen las necesidades de la población y a los que sacan a la luz la corrupción y los grandes problemas nacionales.
No pueden los políticos regular a la prensa a su conveniencia y llamarse demócratas. Está equivocado el correísta Xavier Lasso cuando dice que los medios de comunicación no están con la democracia sino con el poder de turno, y que son los culpables de la situación que hoy vive el país. No puede meter a todos los periodistas en el mismo saco. Es cierto, hay periodistas serviles, que malinforman, que manipulan información, pero de allí a decir que los medios de comunicación hacen lo que les da la gana porque no sirven a los intereses correístas, es desconocer una noble profesión que tiene su código deontológico.