Rosa Torres Gorostiza | Noboa, Correa y el circo romano
Ni Daniel Noboa ni Rafael Correa aportan al país con sus ataques por las redes sociales
Oficialmente, la campaña electoral no ha empezado (inicia recién el 5 de enero de 2025), pero extraoficialmente se desarrolla con fuerza en las redes sociales. El expresidente prófugo Rafael Correa y el candidato a la reelección Daniel Noboa muestran así el irrespeto a la normativa vigente. Ninguno de los dos pierde oportunidad para atacarse, mostrando el tono de las embestidas con las que buscan convencer al electorado de que son la mejor opción para el país en las elecciones presidenciales del 9 de febrero.
Queda claro que los dardos de Correa contra Noboa estarán centrados en el descontento ciudadano por los apagones, mientras que los de Noboa hacia el correísmo apuntarán a la corrupción. Hasta ahora, han dejado por fuera el debate de ideas y de planes de gobierno, así como la discusión sobre cómo solucionar los gravísimos problemas del país, tales como la falta de empleo, la inseguridad y la crisis económica.
Aunque la candidata presidencial del correísmo es Luisa González, es el exmandatario quien intenta posicionar la idea de que Noboa es el culpable de la crisis energética y que su gobierno fue honesto, a pesar de los múltiples juicios en proceso y de una sentencia de ocho años de cárcel por cohecho. Rafael Correa omite decirles a los ecuatorianos que él también es corresponsable de la escasez de energía porque permitió la construcción de hidroeléctricas con fallas, que hoy están imposibilitadas de generar los megavatios instalados, además de haber desatendido el parque térmico, ahora vital para que el país disponga de energía eléctrica.
Al presumir que su único vicio sano es la lectura, como si no tuviese juicios en curso, Correa le dio pie a Daniel Noboa para enlistarle su sentencia condenatoria (junto a Jorge Glas y Walter Solís) por cohecho en el Caso Sobornos, además de otros procesos abiertos: por la Refinería del Pacífico, con una glosa por más de 1.200 millones; por la “Reconstrucción” de Manabí, que incluso llevó a dictar prisión preventiva contra Jorge Glas; por el Caso Metástasis; por la corrupción en el sistema de justicia, que mantiene a Wilman Terán en la cárcel; y por el informe “Las casas invisibles” de la Revolución Ciudadana en Manabí y Esmeraldas. Si así arranca la pelea por los votos, es fácil imaginar lo que viene. Así no se hace país; así se engaña al pueblo.