Rosa Torres: ‘Campaneras’ de la delincuencia
Ni el alcalde de Durán ni el de Guayaquil han hablado de esta grave problemática que afecta a los barrios
Las mismas cámaras que muchos hemos comprado con grandes esfuerzos económicos para vigilar nuestras casas y vehículos también han sido adquiridas con holgura por los miembros de bandas criminales que operan en Guayaquil y Durán. Con ellas, desde lo alto de algunas edificaciones y postes, monitorean a sus víctimas. Con ellas saben cuándo pueden ir a cobrar las mal llamadas vacunas, que no son más que extorsiones mafiosas.
Ojalá que lo que está pasando en los barrios periféricos de estos dos cantones del Guayas no esté ocurriendo en otras provincias como Esmeraldas, Manabí, Los Ríos y El Oro, con similares índices de criminalidad y de violencia a los que existen en los tres cantones que integran la zona 8: Guayaquil, Samborondón y Durán.
A estos criminales no les importa si hay o no estado de excepción o toque de queda, porque con sus ‘ojos de águila’ están monitoreando el sector del que se han adueñado a punta de bala, para saber quiénes circulan por sus calles, y eso incluye a los policías y militares que brindan seguridad en esos barrios. De esta manera, no solo mantienen controlado el movimiento de sus víctimas, sino que saben perfectamente las horas en que tienen vía libre para cometer sus fechorías.
Hasta ahora, ni el alcalde de Durán ni el de Guayaquil han hablado de esta grave problemática que afecta a los barrios, en donde los grupos criminales, apoyados por las cámaras y las tecnologías digitales, le ponen precio a la circulación de los vehículos, a la entrada de los vecinos a sus casas y a la vigilancia de los comercios y demás negocios de la zona. Eso incluye a los carros repartidores de productos de la más diversa necesidad.
En Guayaquil y Durán hay miles de cámaras en los postes, unas de vigilancia y otras para el control de tráfico. Pero yo me pregunto: ¿cómo los ciudadanos podemos saber si todas las cámaras que vemos en el sector en el que vivimos han sido colocadas legalmente para brindar seguridad?
Es una tarea difícil en los sectores marginales, porque no solo no hay identificaciones visibles, sino que allí reina el desorden y la imposición del más fuerte. El municipio debe actuar; los cuerpos de seguridad, también.