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Rosa Torres | El feriado suma complicaciones

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

No creo que el Gobierno haya considerado el impacto en la calidad de vida de los ciudadanos

La decisión del gobierno de extender a cinco días el feriado de Difuntos e Independencia de Cuenca resulta difícil de entender, especialmente en un contexto en el que el país enfrenta drásticos cortes de energía que afectan la provisión de agua potable, servicios de telefonía e internet, y agravan la escasez de dinero. A estos problemas se suma una creciente inseguridad ciudadana y el aumento de la criminalidad.

Primero, aunque el feriado busca reactivar al golpeado sector turístico, esto no reducirá las 14 horas diarias de cortes de energía programados durante la semana, ya que afectan a todo el país. Por lo tanto, los ciudadanos deberán decidir si prefieren quedarse en sus casas sin electricidad o viajar enfrentándose a las mismas restricciones energéticas.

Segundo, la falta de dinero se ha vuelto crítica, ya que muchas industrias, que deben pagar salarios en esta semana, no han podido operar a tiempo completo debido a los cortes; del mismo modo, otros negocios han tenido dificultades para abrir sus puertas con normalidad, generando importantes pérdidas económicas. La último que desean estas empresas, en una situación como esta, es reducir aún más su productividad.

Tercero, la inseguridad disuade a muchos de viajar largas distancias pues temen exponerse a riesgos como asaltos y secuestros en las carreteras, los cuales se han vuelto más frecuentes. Además, dejar las viviendas deshabitadas incrementa el riesgo de robos, especialmente si no hay electricidad y, en consecuencia, crece la vulnerabilidad.

Ante estas condiciones, que algunos consideran las más difíciles de las últimas tres décadas, cabe preguntar al gobierno del presidente Daniel Noboa cuáles fueron las razones de peso para alargar el feriado de cuatro a cinco días.

En lugar de aportar una solución viable para reactivar el turismo, esta decisión gubernamental se percibe como un paliativo insuficiente que ignora los efectos devastadores de los cortes de energía sobre la vida cotidiana y la economía del país. Y aquí cabe la pregunta: ¿es consciente el Gobierno de las verdaderas necesidades de la población en este momento tan crítico?