Premium

Rosa Torres: La mediocridad en la campaña

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

Lejos de destacar por sus planes de gobierno, la contienda electoral ha degenerado en un espectáculo ruidoso y agresivo

La actual campaña electoral en Ecuador ha alcanzado niveles de mediocridad alarmantes. Los candidatos han convertido el proceso electoral en un mercado de ofertas populistas, carentes de sustento técnico y viabilidad.

Promesas desenfrenadas de cambios inmediatos y milagrosos inundan los discursos, pero no se detallan los recursos financieros ni los fundamentos jurídicos necesarios para cumplirlas. En lugar de recibir propuestas concretas y estructuradas, la ciudadanía asiste a un espectáculo vacío, donde las ideas parecen ser un elemento secundario.

Aún más preocupante es la exposición mediática que los candidatos han construido en torno a sus campañas. Desde competencias ciclísticas hasta sesiones de cocina y baños en la playa, los aspirantes a la presidencia parecen más enfocados en proyectar una imagen cercana que en presentar planes de gobierno serios. Los gestos simbólicos, como abrazar a jóvenes, niños y ancianos, se han convertido en la norma, sustituyendo el debate de fondo que el país necesita para enfrentar sus gravísimos problemas, entre ellos la inseguridad.

El electorado no busca un líder que domine la bicicleta o los fogones. Esto no es una competencia de abrazos, sino una decisión crucial que requiere a alguien con la capacidad de enfrentar los complejos problemas nacionales. Los gritos, las amenazas y las acusaciones no deben ser las principales herramientas de los aspirantes al poder. En lugar de construir puentes y fomentar la unión, muchos se dedican a profundizar las divisiones, ignorando la responsabilidad de generar consensos en beneficio del país.

Mientras tanto, el costo de este espectáculo recae en el pueblo, que financia las campañas a través del erario público sin obtener a cambio la altura política que merece. La campaña electoral se ha reducido a un escenario vacío de contenido, donde los verdaderos perdedores son los ciudadanos, obligados a elegir entre opciones mediocres mientras el país se desangra a causa de las mafias.

Ecuador no puede permitirse seguir atrapado en un juego de apariencias y promesas incumplibles, mientras las verdaderas soluciones siguen ausentes de la agenda pública. Candidatos, demuestren que merecen el voto popular.