Rosa Torres: A oscuras por la corrupción
Una parte de los miles de millones de dólares invertidos en proyectos que sirven a medias, ahora están en manos de corruptos
El país ha sido sometido, por las mafias de la corrupción, a sufrir la peor crisis energética de su historia, con pérdidas económicas millonarias y una afectación directa en el ánimo de sus habitantes.
A estas alturas, cuando los cortes de energía son de hasta diez horas diarias en algunos sectores, de nada vale que la ministra diga que el actual gobierno está gestionando más megavatios que los que generó Rafael Correa en diez años o los que generó el presidente Guillermo Lasso en el 2023. Sus declaraciones, ni las de otros funcionarios de Celec o del sector eléctrico significan nada para los habitantes de este país y todo el sector productivo, que ahora saben que tendrán que sufrir por los cortes de energía, los cuales, en el mejor de los casos, serán hasta fin de año.
Quiero recordarle al país que a las pérdidas de miles de millones de dólares que se están generando, hay que agregar la millonada que le han robado al país las mafias de la corrupción. Y entre los integrantes de esas redes, que se quedaron con el dinero destinado al sector eléctrico, están: el prófugo en Bélgica, el expresidente de la República, Rafael Correa, al que ahora le está prohibido ingresar a Estados Unidos; su exvicepresidente, Jorge Glas, sentenciado y preso en una cárcel de máxima seguridad; el excontralor del Estado, Carlos Pólit, sentenciado en Estados Unidos por, entre otros delitos, lavado de activos.
No hay que olvidar que en diez años de gobierno, con el pretexto de que había que construir hidroeléctricas para evitar los apagones, el correísmo destinó miles de millones de dólares a la construcción de proyectos que, en unos casos, no han logrado generar la energía que requiere el país; y en otros, no han terminado de construirse. Una parte de ese dinero fue a parar a los bolsillos de funcionarios corruptos. Mazar podría ahora tener agua si no hubiese consumido por meses su caudal porque Coca Codo Sinclair no logra generar ni el 43 % de los 1.599 megavatios instalados. No solo tiene centenas de fallas de construcción, sino que provocó un gravísimo daño al río Coca, que va camino a devorarla completa. Mazar podría tener agua si no se hubiesen quedado a medio construir los proyectos Quijos y Toachi Pilatón, en los que se invirtieron más de mil millones de dólares. El país está en penumbras por la corrupción.
