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Rosa Torres | La perversidad de crear noticias falsas

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

No pueden permitir que su atención y decisiones estén influenciadas por quienes priorizan intereses personales

La transparencia es fundamental en el ejercicio periodístico, porque quienes ejercemos esta hermosa profesión tenemos un ineludible compromiso con la sociedad para mantenerla informada con noticias veraces, precisas y concisas, debidamente contrastadas y contextualizadas.

Los periodistas no somos los adalides de la verdad ni tenemos patente de corso para, a través de los diversos canales digitales, exponer información de dudosa procedencia como cierta, como si con eso estuviésemos cumpliendo con el sagrado deber de servir al pueblo ecuatoriano desde la comunicación. El periodismo es una profesión de servicio a la colectividad, pero no de difamación ni tampoco de difusión de hechos trucados.

Los aún no confirmados chats del asesinado Fernando Villavicencio han sido expuestos con el ánimo de escandalizar, como si con esas conversaciones privadas, que no sabemos si fueron adulteradas o manipuladas con la intención de causar daño, se estuviera ayudando al pueblo a mejorar su calidad de vida o a descubrir un desfalco en las finanzas públicas.

En estos momentos, lo que necesita la población ecuatoriana no son espectáculos en las redes sociales y la creación de noticias falsas para defender intereses políticos y delictivos, sino soluciones a la crisis energética, a la escasez de agua, a la falta de empleo, a la carestía de la vida, a la inseguridad y a la criminalidad reinantes.

Las preguntas que tenemos que hacernos son: ¿cuál es la verdadera intención de exponer a algunos periodistas (no a todos) que mantenían contacto con el excandidato presidencial asesinado en 2023? ¿Se trata de una venganza por los hechos que esos periodistas expusieron en su momento sobre actos de corrupción y los vínculos del narcotráfico con la política, o lo que se pretende es desacreditar a todos los periodistas, porque eso es lo que quieren los corruptos y los grupos criminales?

Hay que comenzar a diferenciar entre los que son periodistas honestos, que ejercen la profesión y sirven al pueblo, y los que se han convertido en ‘influencers’ o los que, atraídos por las chequeras, se han dedicado a la perversa actividad de crear noticias falsas.