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Rosa Torres: ¿Y ahora, qué hará señor Noboa?

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

El nuevo mandatario tiene un gran desafío que cumplir en 18 meses: demostrarle al Ecuador que confío en él que sacará al país de la crisis

El resultado electoral del domingo, con el triunfo de Daniel Noboa con menos de cuatro puntos de diferencia, debe llevarnos a reflexionar sobre lo que pensó el votante y sobre lo que espera del nuevo gobernante en 18 meses en el poder.

Ni el presidente electo ni su contrincante correísta fueron los mejores candidatos ni los que, con sus propuestas, conquistaron al electorado. El resultado, más que una simpatía política, denota el descontento de la población por la situación de violencia del país y la crisis económica que sienten las familias que están a merced del hampa. Y en esa desesperación, cada individuo buscó su justificación y encontró sus respuestas en uno u otro candidato.

He escuchado muchos argumentos de quienes votaron por el correísmo, entre los que destacan el hecho de que ese gobierno sí podría sentarse a negociar con los criminales para pacificar al país; que Luisa, con Correa, sí tiene una estructura política para gobernar porque ya fueron gobierno; que a un mandatario nuevo como Noboa no le alcanzará el tiempo para hacer nada en año y medio. Los mayores, incluso, pensaron que Daniel Noboa es demasiado joven e inexperto para dirigir los destinos del país.

También he oído algunos de los argumentos de quienes votaron por Noboa aunque no simpaticen con él. Y lo escogieron porque era la manera de expresar su rechazo a la prepotencia del pasado y del gobierno que destruyó las estructuras del Estado para beneficio de los corruptos. El voto por la derecha, dicen, fue su descontento por la tabla de drogas, a la que creen causante del aumento de la drogadicción; el rechazo a un gobierno de izquierda que le quitó a los abuelos el aporte del Estado y que es uno de los causantes de la violencia criminal por cambiar el marco jurídico y restarle recursos y estructura a los cuerpos de seguridad del Estado.

Más que conocer las motivaciones que llevaron al resultado electoral, lo que tiene que hacer el nuevo mandatario es decirle al país cómo va a cumplir sus promesas en 18 meses. Si ofreció una consulta popular en 90 días, ya debe tener listas las preguntas; si ofreció seguridad, debe empezar a exponer su plan; si ofreció salud, ya debe saber cómo va a entregarla. No hay tiempo para perder.