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Rosa Torres: La luz que se perdió en Coca Codo

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

Un proyecto hidroeléctrico que podría ser el monumento a la permisión de la corrupción

La millonaria afectación que provocan los apagones debe recordarnos a los ecuatorianos que parte de la responsabilidad de lo que ocurre ahora recae en quienes antes gobernaron el país y los que dejaron pasar las fallas en la construcción de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, porque recibieron coimas y permitieron sobreprecios.

En su momento, Correa, Glas y los ministros de Energía de turno aseguraban que con esta megaobra y otras, que no están libres de cuestionamientos, se iba a producir energía hasta para exportar a los países vecinos. Pero eso no pasó y tampoco pasará, porque en este momento de estiaje en la serranía, cuando más se necesitan los 1.500 megavatios de la potencia instalada en la hidroeléctrica para evitar los apagones, es cuando más cerca se está de que la construcción quede inutilizada por sus fallas estructurales. Cada vez son más evidentes las 7.648 fisuras que trizan la economía de los negocios y de las familias ecuatorianas, que tendrán que soportar la falta de energía hasta diciembre.

Son tan irreparables las fisuras de los ocho distribuidores de la hidroeléctrica, que tienen forma de un caracol de acero, como los daños que causan los racionamientos energéticos a la débil economía, que generan más carencias y pobreza.

Cada vez que nos falte electricidad, recordemos que se invirtieron 2.700 millones de dólares en un proyecto hidroeléctrico que podría convertirse, una década después de su construcción, en el más grande monumento a la permisión de la corrupción de un gobierno que se jactó de unas manos limpias que no tenía.

Fácil es echarle la culpa de los apagones al estiaje, al fenómeno de El Niño, a la imprecisión de otros, como si con esas declaraciones dieran respiro al pueblo agredido por las malas intenciones de los políticos corruptos.

No hay energía suficiente para abastecer la demanda nacional porque no hicieron las obras como se necesitaban, porque las construyeron mal, porque se robaron la plata y porque los gobernantes lo permitieron. Es tan responsable el actual gobierno de Guillermo Lasso, como los de Lenín Moreno y Rafael Correa. No olvidemos por qué estamos sin electricidad.