Rosa Torres | Jorge Glas y los políticos delincuentes
Los ecuatorianos aún no alcanzan a dimensionar el gravísimo daño que les han provocado Glas, Correa, Pólit y otros
El renombrado periodista Jaime Bayly lo ha dicho con claridad: “Jorge Glas no es un perseguido político, es un delincuente convicto”. Debe continuar refundido en la cárcel, pagando por los delitos que cometió, no contra uno sino contra todos los ecuatorianos, porque con el dinero que aceptó se pudo haber construido escuelas y centros médicos para el bienestar del pueblo ecuatoriano.
No estamos hablando de un ladrón de poca monta que se apropió de unos pocos dólares. Estamos hablando de uno que estuvo cinco años en el poder y que ha sido condenado ya dos veces por la justicia ecuatoriana por los delitos de asociación ilícita y cohecho. La condena por asociación ilícita es por haber aceptado millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht para tapar sus afectaciones al pueblo ecuatoriano y, además, permitirle hacerle más daño con la construcción de nuevas obras con sobreprecio.
Por supuesto que Glas no actuó solo y como él, también el expresidente Rafael Correa debería estar pagando por sus delitos en la cárcel de máxima seguridad, más conocida como La Roca. Tampoco Correa es un perseguido político, también es un delincuente convicto, prófugo de la justicia, sentenciado por cohecho, por recibir pagos para financiar su movimiento político, Alianza PAIS, a cambio de adjudicar contratos millonarios a empresas contratistas.
A la lista de delincuentes que encabezan Glas y Correa hay que añadir a otros procesados: Carlos Pareja Yannuzelli, Carlos Pólit, Alexis Mera (prelibertad), Pablo Romero, Fernando Alvarado, Ramiro González, Iván Espinel, Carlos Ochoa, Sofía Espín, María Duarte, Ricardo Patiño. Y hay más: Ronny Aleaga, Pablo Muentes... y todos los investigados en los casos Metástasis y sus derivados.
Son tantos los sentenciados y sospechosos por corrupción que debió preguntársele al pueblo en la consulta popular si estaba de acuerdo con aumentar también los años de cárcel para los delitos cometidos contra la administración pública, para darle cadena perpetua a los políticos delincuentes que han destruido al Ecuador. Hay que hacerlos devolver los millones de dólares robados al pueblo. Solo así habrá justicia.