Rosa Torres: Más resta que suma en el debate

Ni Noboa ni González mostraron cómo quieren cambiar al país. Sus simplonas propuestas no convencían antes y tampoco convencen ahora
El debate presidencial del domingo puede calificarse con una sola palabra: simplón. Y con eso, en la suma y en la resta de la falta de contraposición de ideas y de propuestas concretas salen perdiendo los dos candidatos; tal vez más Daniel Noboa que Luisa González, o tal vez no. Ambos sumaron detractores y adeptos por el debate, pero lo que tendría que medirse es cuánto sumaron o cuánto restaron y si el balance final les alcanza para llegar al palacio de Carondelet en noviembre.
El 15 de octubre sabremos quién ganó más y quién perdió menos, porque el domingo los candidatos perdieron la oportunidad de mostrar que tienen un plan de gobierno estructurado para recuperar la seguridad y la luchar contra el crimen organizado; que pueden solucionar los problemas económicos y la falta de empleo; que serán capaces de mejorar la educación y la salud y las condiciones de vida de la población.
Quienes estaban hasta el domingo en la noche como electores indecisos, estoy segura de que están en la misma situación de indecisión en estos momentos. Pero no es porque hayan visto el debate (muchos no lo vieron, ni les interesó), sino porque lo que han escuchado o leído sobre este, entre las 21:00 del domingo y ayer, los hace pensar que ninguno de los dos candidatos merece su voto, más aún si ninguno de ellos sabe cómo cambiar el destino del país en año y medio. ¿Qué se puede hacer en año y medio en un país donde hay que hacer de todo, donde hay débiles entidades?
El grueso de la población ecuatoriana no entiende de reserva monetaria internacional ni de precio del petróleo; tampoco conoce la normativa legal ni de ejecución presupuestaria, pero sí sabe lo que quiere. Quiere que su barrio esté seguro, que haya trabajo, que puedan pagar sus gastos, que los niños y jóvenes se eduquen en buenas escuelas, colegios y universidades; que los hospitales los atiendan y provean de medicinas; que las lluvias no les provoquen daños y que en la mesa haya comida.
La pobreza del debate tal vez aumentó el número de indecisos o de quienes decidieron decantarse por el voto nulo, aunque con eso le dejan a otros votantes la responsabilidad de escoger al nuevo gobierno para solo 18 meses. Ojalá no volvamos a equivocarnos otra vez.