El acecho a los colegiales

No puede permitirse que los colegiales estén a merced de los microtraficantes. La Policía está en obligación de brindarles protección
El temor y la impotencia que sienten diariamente muchos padres de familia al enviar a sus hijos a las escuelas no es infundado porque la inseguridad que existe en los exteriores e interiores de los centros educativos, más que nada fiscales y vespertinos, da escalofríos y obliga a incurrir en gastos extras.
Los microtraficantes y los delincuentes están permanentemente al acecho de los colegiales, en unos casos para inducirlos al negocio y al consumo y, en otros, para robarles los celulares o algún otro objeto de valor que tengan en sus mochilas.
En la última semana he conocido la historia de tres parejas que han optado por tomar decisiones protectores con sus hijos, como irlos a dejar y a recoger en taxi, porque han llegado a contarles que hay personas, bajo el camuflaje de vendedores informales y hasta de padres de familia, que los están acorralando a la hora de la entrada y salida de las clases para amenazarlos con golpearlos y hasta matarlos, para que consuman o expendan drogas en el plantel.
Las autoridades educativas y los profesores han sido informados del nuevo modus operandi de las bandas de microtráfico, pero ellos también sienten temor e impotencia por lo que pueda ocurrirles por las decisiones que tomen para proteger a los menores.
Uno de esos colegios es el fiscal Leonidas García, ubicado en el sector Casuarina, en la lotización Inmaconsa, a pocas cuadras del kilómetro 9,5 de la vía a Daule, hasta donde una parte de los estudiantes debe caminar para tomar el transporte público.
Hasta los profesores tienen miedo a caminar por las calles que llevan al lugar - por eso toman taxi porque muchos han sido blanco de la delincuencia, más que nada después de las seis de la tarde. La pregunta qué me hago es: ¿Dónde están las fuerzas de seguridad, que no cuidan a los estudiantes? ¿Qué hacen tantos policías dando vueltas por la ciudad como si no supieran que hay sitios y personas que requieren protección?
No todos los padres pueden convertirse en policías para proteger a sus hijos que están en riesgo. Autoridades, hagan sentir que el Estado tiene el control de la ciudad y no los delincuentes.