La ausente prevención vial

La orden de que los agentes solo podrán parar la circulación de vehículos infractores es ambigua porque también se pueden fabricar contravenciones
Un conductor, en un corto viaje de placer de fin de semana con la familia, por las vías de Santa Elena o Manabí, puede convertirse en un segundo en el blanco de la extorsión, aunque no haya cometido ninguna infracción.
De improviso, un agente de tránsito en moto o en una camioneta le da la voz de detenerse, en unos casos con argumentos como el que no encendió la direccional para cambiarse de carril, que iba a más de 100 kilómetros por hora - aunque no haya ningún medidor de velocidad que haya pasado- o porque estaba hablando por teléfono. Lo curioso es que no hay pruebas, pero sí la insistencia de que lo que se afirma es cierto. No hay más que la palabra del agente de tránsito contra la del conductor, que no vio ni la moto ni la camioneta en ningún lugar de la carretera hasta que sale en su persecución, como si él estuviese huyendo del cometimiento de un delito.
Son recurrentes las historias de los conductores que transitan frecuentemente en las mencionadas vías y en otras del país: algunos agentes de tránsito se han ubicado en sitios estratégicos para no ser vistos, como si con ese accionar estuvieran listos para lanzarse en la búsqueda de quienes cometen la más mínima infracción de tránsito, con el fin de pedirles dinero para dejarlos ir sin la boleta. Hasta se ha creado un código de alerta entre los conductores para anunciar la presencia de agentes escondidos.
Lo primero que un agente le recita al presunto infractor es el monto que tendrá que pagar por la contravención. Y a partir de allí todo empieza a tomar forma de negociación, pues el agente le pide la licencia y la matrícula y se las lleva hacia la parte de atrás del vehículo, como buscando que quien maneja -o el acompañante- lo siga y empiece a persuadirlo de que no le genere la multa. Un billetito bien doblado, entregado al disimulo como si nada pasara, puede zanjar el diálogo, que lo termina el agente con la recomendación de que continúe el viaje con precaución, que utilice el cinturón de seguridad y que no hable por teléfono.
¿Dónde están los agentes que deben preservar la seguridad vial y el orden, los que deben desarrollar funciones preventivas, de asistencia técnica y de vigilancia? En las vías no se los ve casi nunca.