Los canales de la pestilencia

La gran cantidad de desechos que aún hay en los canales de drenaje de aguas lluvias en Guayaquil anuncia inundaciones por todos lados
Toneladas de desechos llegan diariamente a los trece malolientes sistemas de canales de drenaje de aguas lluvias que tiene Guayaquil, aumentando su taponamiento y el riesgo de inundaciones en la época invernal.
Aunque la concesionaria Interagua publicita el avance del plan de mantenimiento pluvial (anuncia un 70,75 %) , basta recorrer algunas de las decenas de canales principales , así como de canaletas y ductos para observar la inmundicia que recogen, unos en sus casi tres kilómetros de extensión, y otros en apenas doscientos metros.
La canaleta de más de medio kilómetros, entre la etapa 7 de la urbanización Mucho Lote 1 y Bastión Popular 1, no puede estar más llena a puertas de las primeras lluvias fuertes que se esperan para este mes.
Sobre una capa de un lodo nauseabundo nada de todo: desechos de construcción, armarios destrozados, fundas plásticas, sacos, gatos y perros muertos... Y diariamente, los informales lavadores de carro -más de diez- le arrojan lo que recogen de la calle porque obstruye la evacuación del agua lodosa con detergente que cae de los vehículos.
Si así están los canales que se ven desde la calle, imagínense los ductos cubiertos en los que desembocan estos drenajes.
En enero del 2021, la concesionaria se jactaba de haber recogido 224.501 toneladas de desechos durante la ejecución del plan de mantenimiento. Hace unos días se indicó que se habían extraído 14.954 metros cúbicos de basura de 24 canales, dos conductos y cuatro alcantarillas.
Hasta ahora, de la única acción preventiva anual que he escuchado es “del recurrente llamado de la entidad municipal a la conciencia ciudadana” para que no arroje basura en los sumideros. Se lo hace como si eso fuese suficiente para mantener limpios los drenajes.
Pronto llegarán, de todos los lados de la ciudad, las quejas de las inundaciones y del taponamiento de las alcantarillas, como ocurre todos los años en Guayaquil. Y también pronto saldrán a decir las autoridades del gobierno local, que parte de la responsabilidad la tiene la ciudadanía por los descuidos.
Pero si los ciudadanos y las autoridades no hacen lo que tienen qué hacer, ¿cómo esperan que no ocurran inundaciones? Basta mirar para imaginar lo que va pasar.