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Distracciones peligrosas

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

Los malos comportamientos policiales denigran a la institución y vuelve más difícil la seguridad ciudadana’.

La imagen de cinco policías parados, uno al lado del otro, en una cuadra de la cooperativa Juan Montalvo, en el norte de Guayaquil, tres charlando despreocupadamente y otros dos ensimismados en un chateo por celular, quedó guardada en la memoria de mi teléfono celular.

La escena, que muestra la falta de compromiso de esos uniformados con la ciudadanía, me hicieron recordar otras actuaciones similares que observé antes desde el asiento de copiloto, pero en las que los protagonistas eran agentes de tránsito y policías metropolitanos, concentrados en las pantallas de sus móviles. Sentí indignación porque aquellos uniformados, que reciben un salario del Estado por cumplir con su deber de protección ciudadana, estaban distraídos en labores ajenas, como si estas demandaran toda su atención y concentración.

Resulta difícil comprender cómo esos agentes estaban tan tranquilos parados en la calle, mientras una compañera suya, la policía Verónica Songor, estaba a horas de perder su batalla por la vida en un hospital, por el ataque que una semana antes sufrió en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de la Nueva Prosperina.

De los cinco policías, dos no tenían chalecos antibalas y sus armas estaban expuestas a la vista de los transeúntes que pasaban casi rozándolas. En otras palabras, los cinco “daban papaya” en una zona en la que sus habitantes claman por resguardo policial porque se han reportado robos y asesinatos al estilo sicariato en los últimos meses.

El pasado 5 de octubre, cerca de ese lugar se registró una balacera que dejó dos heridos y decenas de padres de familia angustiados porque los disparos se dieron en la esquina de un colegio, cuando los estudiantes estaban en clases.

Así como a los conductores se les pide que no utilicen el teléfono mientras manejan, porque la distracción puede hacerles perder el control de su vehículo, ni los policías, ni los militares, ni los agentes de tránsito deben utilizar celulares durante el desempeño de sus funciones, salvo que los requieran para atender llamadas de auxilio, pedir refuerzos, grabar videos o tomar fotos. Las distracciones deben sancionarse.