Premium

La inconformidad ciudadana

Avatar del Rosa Torres Gorostiza

Guayaquil y Guayas piden planificación urbana y rural, exigen movilidad, seguridad y requieren sanidad ambiental

El resultado de las elecciones del domingo, en las que las candidatas a alcaldesa y prefecta del Partido Social Cristiano no lograron la reelección, es el rechazo ciudadano a administraciones locales fallidas, que han dejado inconformes e insatisfechos a los guayaquileños y a los guayasenses, que reclamaron obras y servicios, pero que no tuvieron respuestas a sus demandas.

Los errores y omisiones de la alcaldesa Cynthia Viteri en la conducción de una ciudad que hoy se siente más insegura y más desprotegida, le pasaron factura en las urnas. Algo similar se puede decir de la prefecta Susana González, quien hasta ahora no ha cumplido con el dragado del río Guayas ni con la construcción de vías de acceso tan anheladas por el agro ecuatoriano.

El rechazo popular puede medirse en los porcentajes de votos obtenidos, más que nada en sectores que antes eran considerados bastiones socialcristianos y que ahora eligieron al candidato de la izquierda.

Guayaquil votó por un cambio de rumbo porque el modelo exitoso, del que tanto se vanaglorió por años el exalcalde Jaime Nebot y el PSC, quedó evidenciado como un modelo fracasado por lo ocurrido en la ciudad durante la pandemia del coronavirus y la crisis económica, social y de seguridad que enfrenta la ciudad, hoy ubicada entre las más violentas de Latinoamérica y de mayor desigualdad social.

Quienes vivimos por años en Guayaquil sentimos el abandono municipal en muchos frentes: en las avenidas y calles con huecos, algunas de las cuales solo se atendieron antes de las elecciones; en las aceras y bordillos destruidos por la falta de mantenimiento; en los grandes congestionamientos vehiculares en las horas pico y no pico, que afectan la movilidad diaria y complican la actividad laboral y comercial; y por los casos de corrupción por los que no se responde como si no tuviese la obligación que rendirle cuentas al pueblo por el dinero que administran.

Guayas y Guayaquil le dijeron a sus actuales autoridades que no merecen la reelección, pero también a sus sucesores que estarán vigilantes de sus actuaciones porque les puede ocurrir lo mismo.