La libertad femenina de expresión

La libertad de expresión no puede ser vulnerada, pero tampoco es patente de corso para en su nombre cometer barbaridades.
La libertad es la facultad que tenemos los seres humanos para obrar según nuestra voluntad, pero respetando la ley y el derecho ajeno. Entre las más elementales libertades están las de pensamiento, de conciencia y de religión, que pueden ser expresadas en privado y en público.
Escribo sobre esto porque después de todo lo que se dicho y escrito sobre la última canción de Shakira con Bizarrap y su separación del exfutbolista del Barcelona, me he puesto a reflexionar sobre las libertades femeninas, sus límites y las herramientas de comunicación que ahora existen, que tienen el poder de mover al mundo en cuestión de minutos.
El éxito de la canción de Shakira no es tan solo por la letra del despecho sino por la berraquera de la cantante colombiana para expresar sus sentimientos de dolor, de tristeza, y de empoderamiento a través de lo que ha hecho toda su vida: música.
Las mujeres se han identificado con su dolor emocional porque muchas lo han sentido pero han preferido mantenerlo en el plano privado. La diferencia es que la intérprete colombiana decidió capitalizarlo en el mundo digital, a través del manejo de las redes sociales y la viralidad, y allí está el resultado. La frase “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan” emite un mensaje de esperanza al final de las cinco etapas del duelo amoroso, que empieza con la negación y el aislamiento, continúa con la explosión de la ira, la negociación y la depresión, pero termina con la aceptación.
Shakira, haciendo uso de su libertad universal de expresarse, cantó contra su dolor, pero hay decenas de mujeres que desde sus circunstancias y desde las plataformas a las que han tenido acceso, han salido en defensa de las libertades femeninas con lo que han tenido a la mano. Vale mencionar a Malala, Emma Watson, Rosa María Calaf, Cristina Fallarás, Asia Argento, Kavita Ramdas, Tarana Burke, Noushin Ahmadi, Ruth Bader Ginsburg, Tarcila Rivera y Kate Millett. Cada una puso su grano de arena. Y yo pregunto: ¿qué estamos haciendo las mujeres ecuatorianas contra el machismo que diariamente mina la integridad femenina? Todos podemos aportar. La lucha es de hombres y mujeres para lograr un mundo mejor.