El pasado político sí pesa

Así como el correísmo tiene a votantes cautivos, los candidatos jóvenes como Daniel Noboa, sin pasado político, también pueden dar sorpresas
Sin lugar a dudas, los resultados electorales del domingo muestran que el correísmo no ha perdido su caudal electoral propio y estable. Su candidata, la quiteña Luisa González, logró incluso medio punto más que Andrés Arauz, en la primera vuelta de febrero de 2021.
La muestra más clara de mi aseveración es la votación lograda por el correísmo en Manabí (50,13 %), Los Ríos (45,47 %), Esmeraldas (44,85 %), El Oro (36,22 %) y Guayas (37,65 %). Este resultado no me sorprendió porque es el reflejo del sentir de una población desprotegida, desatendida, empobrecida y sometida por la narcoviolencia, que añora un pasado que consideraron bueno, porque desconocen que mucho de lo que sufren hoy es por lo que se hizo mal en el gobierno que defienden a capa y espada en las urnas.
Por más juicios y sentencias por corrupción que se hayan abierto y dictado contra el expresidente Rafael Correa, el exvicepresidente Jorge Glas y otros funcionarios corruptos, esos votantes cautivos continuarán eligiendo a quien el líder señale como el salvador de la patria, porque creen fielmente en lo que les dicen.
El 15 de octubre sabremos si ese caudal electoral le alcanza al correísmo para ganar una segunda vuelta, o vuelve a tener otra sorpresa con el novel Daniel Noboa, con una votación que no esperaban: 23,6 %. Noboa dejó atrás a quienes se consideraban favoritos: Jan Topic y Otto Sonnenholzner. Christian Zurita es un punto aparte, porque él solo capitalizó los votos del rechazo de la violencia del candidato asesinado: Fernando Villavicencio.
El contrincante de Unión por la Esperanza es una cara nueva, de 35 años, con un corto pasado político que se circunscribe al haber sido legislador y presidente de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional. Y no solo eso, sino que los resultados del domingo muestran que tiene una alta aceptación en provincias andinas con peso electoral: Pichincha, Azuay, Tungurahua, Loja, Carchi, Cotopaxi y Chimborazo. Estoy convencida de que el mal llamado debate, a una semana de la elección, ayudó a Noboa a ganar votos; ahora se enfrenta solo al correísmo.