¿Dónde están la Policía y las FF. AA.?

La población ecuatoriana exige acciones concretas de la Fuerza Pública, porque de las declaraciones y los anuncios ya está cansada
Los grupos criminales, o los terroristas, como hace cuatro semanas los declaró el presidente de la República, continúan desangrando diariamente al país, como si no existiese en el territorio ecuatoriano una fuerza pública capaz, entrenada y equipada, para salvaguardar la seguridad de los 18 millones de ecuatorianos. ¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar para que los policías y los militares ejecuten un plan integral de seguridad que combata eficientemente al crimen organizado y a la delincuencia común?
La población espera respuestas inmediatas del gobierno saliente, pero también de las nuevas autoridades locales posesionadas el pasado 14 de mayo, porque de las políticas y acciones que planifiquen y ejecuten dependerá la disminución de la criminalidad y la delincuencia en el corto, mediano y largo plazo.
El mensaje que los bandidos están enviando a la población, con los asesinatos múltiples en urbanizaciones cerradas de Guayaquil, en un muelle artesanal de Esmeraldas, en una sala de velación de Manta y en un restaurante de Montañita, es que pueden actuar a cualquier hora y en cualquier lugar en que estén sus objetivos, porque tienen las armas y la desatención militar y policial, porque sus miembros están mirando hacia el lado incorrecto.
Me da la impresión de que hay más policías y más militares cerca de los centros comerciales y de espacios con protección privada, que patrullando las calles de los sectores donde realmente están actuando los grupos criminales a sus anchas. Siento, al igual que el resto de la población, que estamos solos frente a los malos, porque las autoridades nacionales están más preocupadas por satisfacer su egolatría y sus ansias de poder, que involucrados en el combate a la inseguridad reinante, que incuba la pobreza y empuja hacia una migración forzada, como ocurrió tras el feriado bancario, hace más de 20 años.
La pregunta a los ministros y subsecretarios de Gobierno y Defensa, a los miembros del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y al comandante de la Policía Nacional es: ¿hasta cuándo tenemos que esperar para que se pongan a trabajar? Señores, el país les exige protección.