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Rubén Montoya: La libertad que no avanza

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La educación está diseñada para generar productores sumisos, adherentes a un sistema o ideología, súbditos con tendencia al conformismo y a lisonja...

Antier se celebró el Día de la Libertad de Pensamiento. Está bien celebrar efemérides que miden el ejercicio de derechos. En este caso se trata de uno de los fundamentales, de los que más han costado a la humanidad.

Su camino ha sido durísimo: lleva apenas dos siglos de reconocimiento y apenas 75 años de ser elevado a derecho internacional, quizás porque es el tronco del que parten otros y, si se lo controla, se puede amordazar no solo un derecho sino una vida. Al direccionar lo que un humano piensa, se puede maniatar su libertad de emprendimiento, de tránsito, de asociación, de propiedad. Por eso es importante defender el derecho a pensar: una sociedad sin autonomía de pensamiento jamás será libre.

¿Somos libres en Ecuador de pensar? Conviene hacer dos precisiones antes de echar campanas al vuelo. La primera es que nos educan para ser validados socialmente y formar parte de una masa, no para pensar por nosotros mismos. La educación tradicional está diseñada para generar productores sumisos, adherentes a un sistema o a una ideología, súbditos con tendencia al conformismo y a la moda. A la lisonja. Quizás por eso hay tantos lamebotas (quería decir otra cosa, pero ando educadito) y tan pocos líderes. Razón tenía José Luis Sampedro cuando decía que no sirve la libertad de expresión sin libertad de pensamiento. ¿Qué de libre puede tener un pensamiento que otros te confeccionan? No nos dan herramientas para elegir lo que pensamos; en realidad, nos dan pensando…

La segunda precisión es la de Noam Chomsky, otro erudito imprescindible, al que la izquierda adora: “si no respetas la libertad de expresión del que desprecias, no entiendes de qué va la libertad…”. ¡Oh, si los zurdos leyeran de verdad a sus próceres! Y los de derecha también, porque tenemos una sociedad donde pensar distinto es casi un delito y es enemigo quien nos contradice.

Solo vean nuestra campaña electoral mediocre, con dos candidatos incapacitados para ser jefes de Estado, y una ciudadanía que mayoritariamente elegirá por humores y simpatías, y me cuentan si la libertad de pen-sa-mien-to avanza… Creo que no, que tenemos un remedo.