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Rubén Montoya: Prende velas, sopla pitos…

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Los cortes son el resultado de la ineptitud del Gobierno, que sabía del problema de tener un candidato y no un presidente

La semana pasada le pregunté al ministro Arturo Félix qué pasaría si la hidrología no lo acompañaba en su predicción de que no serían necesarios los racionamientos de luz. Todavía espero su respuesta, aunque ya no hace falta.

Que la mentira tiene patas cortas se sabe, y las del gobierno que encabeza el candidato Daniel Noboa son chiquititas. Cualquiera de sus miembros abre la boca y la vida, que es mala, malísima con ellos, los vuelve a la realidad en un suspiro. A días de la declaración del señor ministro, ¡pum¡, racionamientos. Que es por mantenimiento, mintieron primero. Que apenas por dos días, falsearon después… Que sólo es la puntita.

Pero es que, como usted sabe, nunca hay “sólo la puntita”. Haga memoria.

Los cortes que enfrentamos son el resultado de la ineptitud de un Gobierno que sabía del problema (“es importantísimo entender que la administración correcta del agua y la electricidad es lo que nos va a sacar del hueco”, decía Noboa) y la desgracia de tener un candidato y no un presidente: todo lo ha hecho en función de su deseo de ser reelecto. Sus decisiones son las de un político (chiquito, como todos los nuestros) en campaña, y los consejos que recibe no parecen ser los de asesores que buscan el bien común, sino la defensa apasionada de sus puestos. Lameculos.

Por eso, un día dicen que los cortes durarán ocho horas y, al siguiente, que serán menos. Como si el hecho de que fueran seis horas y no ocho, o tres días a la semana en vez de cinco, atajara las colosales consecuencias negativas para factores tan diversos y conectados como la producción y la seguridad. En el fondo les importa un bledo: ¿no hay luz? Es simple: prenda velas.

Y como si no fuese suficiente con mandarnos a prenderlas, ahora sale ese Ser de Luz que es el comandante policial de Quito, a decirnos que, como remedio para hostilidades sufridas en casa, usemos un pito, ¡un pito! para que los agentes se alerten y corran en nuestro auxilio. ¡Pero si esos no vienen ni llamándolos con megáfono!

Prende velas, sopla pitos…

¿Eslogan de campaña u orden subliminal? Como fuere, resume la falta de competencia del candidato que nunca ha sido presidente.