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Rubén Montoya | La reelección posible

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... aquí se requiere poco para ser candidato y, por tanto, presidente. Miremos nuestra historia, por ejemplo

En política, somos una región poco amiga de la estabilidad: nos gustan los cambios a la primera que se tuerce el camino. Salvo Costa Rica, maravilla de país por donde se lo mire (empezando porque no tiene Fuerzas Armadas) la América hispana es proclive a mandar pronto por saco a sus dirigentes. Sus razones tendrá.

Nos gusta el cambio. Ecuador ha tenido 70 jefes de Estado. Es mucho si los comparamos con los 45 de EE. UU., que tiene 50 años más como República… Pero como con ellos no podemos compararnos (nunca me he explicado por qué), ahí está Costa Rica para demostrarnos que la estabilidad es posible: ha tenido apenas 54. Y como los tontos nos consolamos con el mal de muchos, Colombia y Perú nos dan la mano: los coterráneos de Shakira y Gabo han tenido 96 mandamases; los de Chabuca Granda, 130. Una locura. En los últimos cuatro años lleva seis jefes de Estado…

Tampoco amamos las reelecciones: nuestras constituciones las han prohibido casi siempre. En sufragios libres, Perú sólo reeligió a Alberto Fujimori (Alan García fue elegido nuevamente 16 años después de su primer triunfo). Colombia tiene dos nombres, Álvaro Uribe entre ellos. Ecuador también tiene dos: Gabriel García Moreno y Rafael Correa. El jefe de jefes, José Velasco Ibarra, fue electo cinco veces, pero ninguna reelegido. Daniel Noboa, entonces, podría ser el tercer presidente reelecto en nuestra historia. Curioso.

Podría serlo. Aparte de aceptarlo, no nos debiera sorprender. Y si ustedes me preguntan ¿cómo un presidente que no tiene un solo rubro social en el que las cifras muestren mejoría (empleo, producción, seguridad, salud, vivienda) y que ha mentido durante la crisis energética puede seguir en liza?... mi respuesta es que aquí se requiere poquito para ser candidato y, por tanto, presidente. Miremos nuestra historia, por ejemplo. Mientras sea más reciente, peor se pone la cosa. ¡Qué cantidad de presidentitos que hemos tenido! Que hemos elegido.

Y si eso no les convence, les pido que miren la papeleta del 2025. ¿No es para llorar? Así que, insisto: para ser presidente se requiere de poco, muy poco. Y para ser reelecto, es posible que menos.