Premium

Sophia Forneris: Todos los caminos conducen a Roma

Avatar del Sophia Forneris

La eficiencia del transporte romano antiguo residía en su diversidad

La expresión ‘Todos los caminos conducen a Roma’ resume el poder del Imperio Romano, pero las arterias que llevaban a su corazón alimentos y lujos no eran carreteras, sino ríos, muy respetados en todo el mundo antiguo, principalmente por su capacidad de causar inundaciones destructivas ocasionales. Se los consideraba deidades (masculinas si eran ríos y femeninas si eran manantiales).

En la práctica romana los ríos eran bienes comunes para beneficio de toda la comunidad y esta comprensión se extendió por todo el imperio, casi universalmente en el de Occidente y un poco menos consistentemente en el Imperio Este. El transporte fluvial fue más frecuente e importante que los barcos marítimos en la cotidianidad del imperio. Mientras los peligrosos mares invernales estaban cerrados a la navegación, los barcos fluviales transportaban mercancías todo el año. Las importaciones viajaban desde los puertos costeros hasta las ciudades y granjas del interior del imperio a través de los ríos, que eran las arterias del imperio, como el Guadalquivir, que canalizaba suministros masivos de aceite de oliva desde la actual España hasta Roma; o el Rin y el Danubio, alimentando a los ejércitos en las fronteras. Las fuentes de los ríos eran lugares sagrados donde se arrojaban monedas, esculturas y objetos preciosos como ofrendas a los dioses. Estatuillas de bronce y 5.000 monedas de oro, plata y bronce fueron descubiertas en las aguas termales de San Casciano dei Bagni (Italia) en 2022.

La eficiencia del transporte romano antiguo residía en su diversidad: desde caminos peatonales hasta caminos para carrozas y barcos. Las rutas terrestres se construyeron y mantuvieron meticulosamente, y los viajes marítimos avanzaron con el desarrollo de puertos y embarcaciones capaces de navegar por el Mediterráneo.

Sería bueno que nuestros delegados en Guayaquil vean los ríos en sus alrededores como un recurso para diminuir el tráfico y no desperdiciarlo, como en la actualidad. Si usáramos nuestros ríos y manglares, como los romanos, para beneficiar a la comunidad creo que tendríamos una visión más clara de nuestra cuidad en un futuro.