Sophia Forneris: Festividades y sus significados
Pero sí entender que sin sacrificio difícilmente nuestras oraciones son escuchadas.
Según la leyenda romana, los gemelos Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba llamada Luperca, la cual se convirtió en el animal totémico de Roma. Del 13 al 15 de febrero se celebraban en su honor las fiestas llamadas Lupercales, que se suelen asociar a los orígenes de San Valentín, pero que en realidad tenían mucho más en común con el carnaval. Eran la celebración de la fertilidad, tanto de las mujeres como de la naturaleza misma.
Según Dionisio y Plutarco, se trataba de un antiguo rito griego procedente de la región de Arcadia y dedicado a un dios, señor de la naturaleza y de los animales salvajes. Según esta versión, originalmente consistía en una carrera en honor al dios para pedirle que mantuviera alejados a los lobos de los rebaños.
En cambio, según Ovidio, su origen se remontaría a los tiempos de Rómulo. Según una leyenda, durante su reinado se produjo un episodio prolongado de esterilidad entre las mujeres romanas, por lo que estas realizaron un peregrinaje al bosque sagrado de Juno, la diosa del hogar. La diosa les indicó que sacrificando una cabra, la fertilidad prosperaría en esa comunidad.
Ante la proximidad de la primavera, el sacrificio de la cabra tenía también la función de aplacar simbólicamente el hambre de los lobos, ofreciendo una víctima ritual a su divinidad protectora.
Para los primeros romanos, que eran básicamente una comunidad de pastores, procurarse el favor de los dioses de la naturaleza era primordial.
Lo más importante de esta fecha para mí es su significado. Una fecha para pedir posteridad, respetar la naturaleza, y prepararse para el futuro.
Un futuro próspero para los romanos, por ejemplo, significaba abundancia de recursos y victorias durante las guerras.
Ahora que empezamos el 2024, creo que es primordial pensar qué ofreceremos de nosotros para cambiar la situación en la que estamos como país. No hay que esperar a que sea feriado para pedir prosperidad. Pero sí entender que sin sacrificio difícilmente nuestras oraciones son escuchadas.