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Candidatos presidenciales, pero con apodos

Avatar del Sophia Forneris

En estas elecciones yo me quedo con Vespasiano.

Creo que como muchos columnistas, esta semana es importante hacer un análisis del debate presidencial. Para mantener mi analogía con los viejos imperios decidí darle apodos a los candidatos que verdaderamente merecen ser analizados, porque algunos era mejor que ni vayan.

Augustus nació en una antigua y rica rama ecuestre de la plebeya Octavia. Octavio fue nombrado en el testamento de César como su hijo adoptivo y heredero. Después de la desaparición del Segundo Triunvirato, Augusto restauró la fachada exterior de la república libre con el poder gubernamental concentrado en el Senado romano, los magistrados ejecutivos y las asambleas legislativas, pero mantuvo la autoridad autocrática al hacer que el Senado le concediera el cargo de por vida como jefe, tribuno y censor.

Nerva, por otro lado, fue un político romano del siglo I. Nerva había sido testigo del estado de anarquía en que se había sumido el Imperio a partir de la muerte de Nerón. Para que no hubiera riesgo de revueltas o desórdenes aceptó el nombramiento. Como emperador, pronto resultó demasiado vulnerable, y su naturaleza benevolente se convirtió en una dificultad para hacer valer su autoridad. Tras su ascenso al trono, había ordenado el fin de los juicios por traición, pero al mismo tiempo no se permitió el enjuiciamiento de los informantes del Senado.

Finalmente tenemos a Vespasiano. Vespasiano fue el primer emperador de una familia ecuestre y ascendió más tarde en su vida al rango senatorial. El renombre de Vespasiano provino de su éxito militar conseguido durante la invasión romana de Britania en el 43 y la rebelión judía del 66. A Vespasiano se le atribuye a menudo la restauración de la estabilidad política en Roma tras los reinados caóticos de sus predecesores. Un componente de su propaganda fue la teología de la victoria, que legitimaba el derecho a gobernar a través de la conquista exitosa.

Estos gobernantes tenían fortalezas y debilidades pero dependiendo del momento histórico en que se encontraba el Imperio definió su legado. En estas elecciones yo me quedo con Vespasiano.