Cleopatra y Julio César
Pero se olvidó de que el hombre siempre será intimidado por mujeres gobernantes, incluso aquellos que glorifican su vida junto a ellas.
En las vísperas de Navidad me parece relevante hablar un poco acerca de las historias romanas para olvidar los problemas políticos que abundan en el país.
Cleopatra era considerada la hija de Egipto, parte de la dinastía Macedonia-Greco-Ptolemaica que había gobernado desde la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C. Completamente preparada para seducir a César con el fin de conseguir su ayuda, Cleopatra planeó pasar de contrabando a Alejandría para llegar al interior del palacio real, donde César se alojaba como invitado de honor de su hermano. El historiador griego Plutarco describió cómo Cleopatra logró su misión: “Para pasar desapercibida Cleopatra se estiró completamente dentro de un saco de cama, mientras que Apolodoro [su sirviente] ató el saco de cama con una cuerda y lo llevó adentro a César”. César, un hombre unos 30 años mayor que ella, fue cautivado instantáneamente por la reina egipcia y, después “sucumbir al encanto de Cleopatra”. Así, ella pudo finalmente encontrar el apoyo militar que necesitaba para gobernar Egipto.
Su hermano estaba lívido. Al encontrar a su hermana con César en el palacio, habiendo pasado claramente la noche juntos, supuestamente arrojó su diadema al suelo y salió furioso de la habitación, declarando a su hermana traidora a Egipto. Siguió el caos después de ese evento. Todo debe haber parecido perdido para Cleopatra y su amante romano, pero con la llegada de las tropas de César desde Siria, la marea cambió una vez más. Los hermanos de Cleopatra fueron derrotados y su puesto como gobernante egipcia ahora parecía seguro; incluso estaba embarazada del hijo de César. Pero, en lugar de declarar a Cleopatra la única gobernante de Egipto, el general romano la nombró cogobernante con su hermano restante y futuro esposo, Ptolomeo XIV, de 12 años.
Lo que me parece curioso de su relación es la forma en que se conocieron. Ese evento no fue coincidencia. Cleopatra era una mujer inteligente que entendía la importancia de una alianza fuerte. Pero se olvidó de que el hombre siempre será intimidado por mujeres gobernantes, incluso aquellos que glorifican su vida junto a ellas.
