Mi viaje de vuelta a Odisea
La esposa de Ulises, Penélope, durante veinte años no pierde la esperanza de volver a ver a su esposo.
Siguiendo la tradición oral antigua, Homero creó La Odisea, un poema que narra las aventuras de Ulises en su viaje de regreso a su patria.
El objetivo principal del protagonista es regresar a Itaca, donde se encuentra su familia, la cual no ha visto desde que se marchó a la guerra de Troya.
Ulises durante el viaje de vuelta a casa experimenta soledad. Este sentimiento lo lleva a extrañar continuamente su hogar, y llegar hasta allí se convierte en una necesidad.
La esposa de Ulises, Penélope, durante veinte años no pierde la esperanza de volver a ver a su esposo. Penélope astutamente teje un sudario con la promesa de que cuando lo termine uno de su sinnúmero de pretendientes tendrá la oportunidad de conquistarla. Lo que ellos no saben es que Penélope durante las noches destejía el sudario para así alargar el proceso y darle más tiempo a Ulises a regresar.
Para mí Ecuador es nuestro Ítaca, lugar mítico y simbólico, con una comunidad que espera que su cabeza regrese de su viaje místico por el mundo.
Entiendo que el cambio verdadero toma tiempo y que crear planes de seguridad duraderos y efectivos no es algo que pueda ser implementado de un día para otro, pero, ¿cómo nos defendemos en este limbo los que quedamos en Ítaca?
Como comunidad, podemos seguir destejiendo el sudario hasta que nuestras autoridades dejen el ‘show’ y hablen coherentemente de un plan que acabe con la inseguridad del país. Pero en algún momento los otros pretendientes (en mi opinión serían los partidos políticos de nuestro país) se van a dar cuenta de que nuestra cabeza no regresa de sus épicas aventuras y van a dividir a la comunidad para elegir a otro líder que seguramente concretará mucho de nada.
Las palabras y las promesas no son duraderas, las acciones sí.
Lo único que los ecuatorianos pedimos es menos ‘show’ entre políticos y más ejecución.