Promesa pendiente
Ecuador necesita empleo, sí, y hemos escuchado a los presidenciables; también los oímos sobre mantener la dolarización... pero también necesita saciar su sed de justicia.
Escuché a un exministro contar que cuando el final de un gobierno estaba cerca (estuvo en dos), ya ni los porteros le abrían la puerta. En broma y en serio enumeró anécdotas agridulces de sus últimos días como secretario de Estado, preguntándose cuán duro debe ser este periodo para un presidente.
No tengo esa respuesta, pero podemos tener una idea luego de la poca o ninguna importancia que se le ha dado a la explosiva declaración del jefe de Estado el pasado 10 de enero en la cita con su colega de Colombia, donde aseguró que “hay grupos armados que inclusive se están formando en Ecuador. Nosotros lo hemos detectado y denunciado...”, agregando que dichos grupos estarían recibiendo “asesoría” de grupos guerrilleros colombianos.
Después de inaugurar el puente sobre el río Mataje, que en una época se conoció como el puente “hacia la nada” en la zona donde el Guacho era el rey y se dio muerte a tres trabajadores de El Comercio y una pareja de Santo Domingo, hubo silencio alrededor de la denuncia del presidente Moreno. No trascendió de alguna investigación especial, tampoco de acciones dispuestas por el Ministerio de Defensa… No es de extrañar. Si no hay presión mediática, todo pasa sin más y en época de pandemia y elecciones pareciera que no queda espacio ni tiempo para otros asuntos, peor cuando el gobierno se está acabando.
Por eso me preocupa tanto que los presidenciables no lleguen a comprometerse con una administración de justicia fuerte e independiente, que no esté marcada por su peso. No he escuchado hasta ahora, por ejemplo, una promesa formal de hallar la vía para dotar a la Fiscalía General de todos los recursos que necesita para operar como debe. Se necesitan más profesionales. Peritos, expertos, traductores de idiomas indígenas… Si hemos aplaudido a Diana Salazar por sus logros, ¡cómo sería si hubiese contado con las herramientas necesarias! Decimos con orgullo que tenemos una Corte Constitucional de lujo, pero no podemos decir lo mismo de otras Cortes, requeridas de evaluación y depuración, pero sobre todo de recursos.
Nuestro Ecuador necesita empleo, sí, y hemos escuchado a los presidenciables; también los oímos sobre mantener la dolarización, lograr una vacunación masiva contra la COVID… pero el país también necesita saciar su sed de justicia. Que los casos no se muevan únicamente por presión mediática o por los intereses de los poderosos. Para eso la administración de justicia debe ser fuerte e independiente.
El mismo día que el presidente Moreno hablaba a oídos sordos sobre los grupos terroristas que se están formando en Ecuador, uno de los líderes de la toma del Capitolio en Washington, Jacob Anthony Chansley (Jake Angeli), detenido en una prisión federal, se negaba a comer porque los alimentos de la cárcel no eran orgánicos. Días después la jueza ordenó una dieta especial chamánica, de acuerdo con su requerimiento, recordando empero que él seguirá en prisión hasta afrontar los juicios.
El gobierno de Donald Trump está terminando, pero la administración de justicia de Estados Unidos apenas se inmuta. Es una administración de justicia fuerte e independiente que no necesita permisos del Ejecutivo ni asignaciones adicionales del Legislativo. Se tomará su tiempo, pero llegará a una decisión con respecto a Chansley, autodenominado el Chaman de QAnon, el grupo que promueve teorías conspirativas y que tiene años apoyando a Trump.
Contra este hombre con la cara pintada como Mel Gibson protagonizando a William Wallace en su afamada película ‘Corazón valiente’, que irrumpió en el Capitolio con una piel y cachos de búfalo, hay la posibilidad de 50 cargos criminales… Nada ni nadie va a librarlo de enfrentar la justicia… Ojalá pudiéramos decir lo mismo de quienes convirtieron a Quito en zona de guerra en octubre de 2019.
¿Ven por qué los presidenciables nos deben una promesa de justicia fuerte e independiente?