A propósito de los papeles de Pandora
El mandatario ha dicho tajantemente que ha cumplido con la ley y es correcto entonces que la Asamblea Nacional, con sus facultades fiscalizadoras lo comprueben.
Me encantan las historias de la gente que empezó desde abajo y que luego encontró una vía para triunfar. Me emociona escuchar a empresarios exitosos hablar de sus inicios, recordando los momentos tan duros que superaron, forjándolos como hombres recios, distintos, con capacidades que no creían tener. Hablo de hombres y mujeres que normalmente en su juventud, cuando otros bailaban y se divertían, trabajaban y no precisamente como “jefes”.
Yo no me indigno con el patrimonio legítimo de la gente y en verdad nadie debiera menospreciar sus esfuerzos. Los del actual presidente Guillermo Lasso por ejemplo, que desde tan joven comenzó a trabajar y sin duda seguía trabajando cuando sus compañeros jugaban.
Su fortuna no está en entredicho. Sus bienes no pueden ser cuestionados; si antes del 2017 se deshizo de todo lo que tenía en sociedades offshore. Simplemente no incumplió con la ley.
Otro sería el cantar si aún tuviera bienes o capitales en los denominados “paraísos fiscales” entonces sí que tendría que haber un proceso de destitución del cargo. El mandatario ha dicho tajantemente que ha cumplido con la ley y es correcto entonces que la Asamblea Nacional, con sus facultades fiscalizadoras lo comprueben.
La prensa internacional no ha sido benévola con los mandatarios y figuras públicas que aparecen en los listados conocidos como “los papeles de Pandora”, una investigación del consorcio de periodistas internacionales que tuvo acceso a la filtración de decenas de miles de documentos que daban cuenta del envío de fortunas fuera del alcance de las autoridades.
Flaco favor se le ha hecho al Jefe de Estado ecuatoriano y las críticas de sus opositores han aparecido, feroces. Sin intentar sumarme a ellas, no puedo dejar de preguntarme cómo entender la existencia de fondos millonarios que no se invertían en Ecuador, cuando en su discurso de candidato presidencial se hablaba de la búsqueda de inversiones extranjeras. Dicho de otra manera, que vengan capitales, pero no necesariamente los míos.
No son pocos los que dirán que él ya tenía suficientes inversiones en el país, y que todo hombre rico debe necesariamente diversificar sus negocios, por aquello de no tener todos los huevos en una sola canasta... Pero sigo discrepando. Quizás tal reflexión sea válida para un empresario privado, no para un presidenciable de largo aliento que finalmente y legalmente, llegó.
La investigación del consorcio de periodistas internacionales con los papeles de Pandora, es por decir lo menos, incómoda. No le cae bien al presidente Lasso cuyo proyecto de ley estrella, de creación de oportunidades, no halló respaldo ni pinta bien para el futuro.
Mientras esperamos el desenlace sigamos escuchando historias que motivan. Sigamos inculcando amor y valor al trabajo, sin menospreciar el esfuerzo de nadie.