Willington Paredes: Constitucionalismo y libertad en Guayaquil

Están a tiempo todavía de proceder al margen de las mafias políticas de aquellos que buscan la impunidad.
El constitucionalismo, su valoración, respeto y práctica democrática es cada vez más excepción antes que regla. Sufre continuos quebrantos. La precaria ciudadanía y el Ecuador toman posiciones de convidados de piedra, dejando que políticos mafiosos hagan y deshagan de ella y de las instituciones que la sustentan. Por eso presentamos hechos históricos para recordarles que el país tiene una tradición y respeto constitucional. También valora la importancia de la libertad, el libre pensamiento para que la sociedad plural funcione. Guayaquil (todo el Litoral, excepto Esmeraldas) convocó una asamblea constituyente (8-11 nov. 1820) como acto colectivo revolucionario y modernizador de la provincia-región que abrazó la independencia del dominio colonial para defender la libertad política, como aspecto central que la garantiza y la proyecta. Para eso organizó un proceso político eleccionario, limpio y ético. En efecto, hace 203 años los vecinos de Guayaquil, empoderados como ciudadanos, eligieron 57 diputados como representantes de todo el Litoral. Esa asamblea, verdadero cónclave democrático, asumió la tarea de elaborar un ágil texto constitucional de 20 artículos, llamado Reglamento Provisorio del Gobierno de Guayaquil. Su número de artículos hace recordar la Constitución de los Estados Unidos (1789), que tiene solo siete.
¿Por qué ese ejemplo? Ahí está el actuar honesto de representantes de las sociedades locales de la Provincia Libre de Guayaquil. Ojalá los actuales lean esa historia y aprendan que ellos no buscaron la impunidad, la indecencia, la inmoralidad y encubrir a represores de las libertades públicas. Por eso eligieron un gobernante de quien el intelectual quiteño Aurelio E. Pólit dice: “Olmedo, el primer ecuatoriano que legítimamente gobernó un jirón del territorio patrio, en la afortunada provincia que tuvo la gloria de respirar, antes que todas, auras de libertad. Nos hemos congregado esta tarde, para evocar la figura de Olmedo, el prócer de 1820” (1948).
Señores líderes, políticos, asambleístas y partidos, edúquense sobre cómo actuar igual que los representantes de la Provincia Libre hace 203 años. Están a tiempo todavía de proceder al margen de las mafias políticas de aquellos que buscan la impunidad. ¡Aprendan de ellos!