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Willington Paredes: Mitos y verdades del desempleo estructural

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Esto lo sostiene la Cepal, Preal, OIT, etc. No obstante, los políticos y analistas lo siguen ignorando

El empleo-desempleo es incomprendido por varios políticos y analistas. Lo piensan y definen en abstracto y desde esa errada visión pretenden ‘comprenderlo’. Por eso no hay debate concreto y objetivo sobre este fenómeno social que continuamente toca las puertas de las políticas económicas-sociales de cada gobierno. Parece que han extraviado los elementos cognoscitivo que permiten un análisis, conocimiento y comprensión más adecuado del porqué y cómo el desempleo es un problema permanente en el país. Pocos asumen que es un hecho socioeconómico, proceso y producto estructural que está recreado por la dinámica de nuestra economía. Por eso las diversas políticas gubernamentales no atinan a resolverlo desde hace algunas décadas. De modo que es un problema de larga data. Ya fue estudiado y analizado por los sociólogos desarrollistas de 1960-80. Así lo hizo el sociólogo brasilero Aníbal Pinto señalando, en esos tiempos, que el desempleo y subempleo es el resultado de la heterogeneidad estructural de las economías latinoamericanas. Esto se constituye en un factor fundamental y determinante para su adecuada comprensión. Lo mismo hizo Paul Singer en otro importante libro: Economía política del trabajo (1980). Sin embargo, los economistas, sociólogos y ‘analistas’ del desempleo han alimentado algunas fantasías de políticos, demagogos y populistas. Siguen sin explicar el desempleo determinado por factores estructuradores y concretos de la realidad sociohistórica por las cuales se convierte en un problema irresoluble.

Esos estudios dicen que en las economías latinoamericanas, como la nuestra, la oferta anual de empleo excede estructuralmente la demanda, porque las tasas de crecimiento vegetativo son altas, las migraciones campo-ciudad continuas y las empresas no logran incorporar ese excedente de fuerza laboral. Por eso una de las válvulas de escape es el incremento permanente del SIU (Sector Informal Urbano). Esto lo sostiene la Cepal, Preal, OIT, etc. No obstante, los políticos y analistas lo siguen ignorando. Ya es hora de que las universidades del país, especialmente sus institutos de investigaciones socioeconómicas asuman esto. Inicien una línea de conocimiento, caso contrario la demagogia e incomprensión del desempleo seguirán vigentes.