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Willington Paredes | La Navidad de ayer y de hoy

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Dios se compadeció del país y le regaló los hechos y resultados de la acción de Metástasis de la Fiscalía

La Navidad no es lo que era, tiene cambios importantes y continuos que la transforman. Aunque aún es fiesta temporal y evento social, intersubjetivo y de comunidad familiar, porta contenidos espirituales de simbolismos religiosos, históricos, etc. Hoy lleva transformaciones ideológicas y socioculturales que la modifican. En su despliegue histórico están presentes y activos tres momentos epocales: premodernidad, modernidad y posmodernidad. Incluso, en su proceso inciden aspectos religiosos, científicos y tecnológicos incluidos los socioeconómicos, en los cuales están activas y constantes dos acciones que marcan esos cambios, propuestas, giros, y sobre todo en las creencias humanas y colectivas. La primera la determina el evento histórico que no solo es la silenciosa confrontación entre la concepción-creencia cristiana sobre el nacimiento del Mesías (Cristo hombre). La segunda se refiere a los valores que introduce la mercantilización y propuesta europea-norteamericana, de alejamiento de la tradición, pues ya no la define como una fiesta-homenaje a niños y familia. Antes implicada la redacción de cartas infantiles al niño Jesús pidiéndole el regalo (juguete) por buena conducta anual. Hoy se antepone el trineo y Santa Claus, con otra musicalidad (ya no de villancicos), que con luces, pirotecnia y nuevas formas trae el viejo Noel.

Hoy constatamos que es difícil la convivencia de Santa Claus con la inocencia infantil de cartas del 24 al niño Dios. También se agrega la moda del intercambio de regalos, no a los pobres y necesitados, sino a los amigos de buenos recursos. Así se hace evanescente la tradición del tiempo de Adviento (nacimiento de Jesús). Y, sobre todo, se ha perdido la atención de todo buen cristiano de interés por los pobres. Sin embargo conviven lo actual y la tradición. Y no es crónica vieja de un periódico de ayer que pocos leen. Ahora en el país la Natividad se da en medio de temor, terror, amenazas y muerte. Pero Dios se compadeció del país y le regaló los hechos y resultados de la acción de Metástasis de la Fiscalía. Hoy, en tiempos de oscura incertidumbre, es necesario no perder el optimismo y que la Navidad siga siendo mito, rito, esperanza, y sobre todo búsqueda y construcción de amor a los niños y felicidad familiar.