Y si fuera verdad que...
Recuperemos el derecho a pensar lo oculto de la “nueva normalidad” del coronavirus.
La “nueva normalidad” que trajo la COVID-19 puede ser la página viral de la guerra interimperial de Occidente (EE. UU.-Europa) vs. Oriente (China-Rusia). Puede ser la acción del politburó chino y su aparato de inteligencia. Los meses dramáticos y mortales provienen de esto. Contagio, mascarilla, distanciamiento y nuevo modo de vivir con el virus es capítulo biológico de esa guerra diseñada por la lógica confucionista china. Por esto es necesario recuperar y reposicionar la duda cartesiana, la razón sensata que calme la desesperanza. Solo así, el pensar reflexivo y crítico escapará de la tenaza roja que hace creer al mundo que los mercados de animales de Wuhan son el origen. Recuperemos el derecho a pensar lo oculto de la “nueva normalidad” del coronavirus.
Ahí puede estar la explicación de esa página siniestra de las luchas; como en política y economía: el fin justifica los medios. Atrevámonos a “no creer”. Comencemos a dudar. Pensemos críticamente para salir de la tenaza mental impuesta por los chinos. Unamos a la COVID-19 con la guerra comercial mundial que el capitalismo salvaje comunista chino no puede ganar.China avanza y gana puntos en esta guerra comercial. Pero solo obtiene al mundo subdesarrollado y no a EE. UU.-Europa. Todo el esfuerzo no le aseguraba la victoria. En lo monetario, las ventajas del yuan son relativas y fugaces. Los obstáculos para su triunfo están en lo científico-técnico, geopolítico, militar, espacial, etc., de la democracia liberal del capitalismo occidental. Por ende cabría pensar que China decidió ir por el atajo siniestro-mortal de la ofensiva viral.
Es necesario recuperar-reposicionar la racionalidad cuestionadora, analítica, critica y salir del dogma sobre el “origen casual y gastronómico” (¿?) de la COVID-19. Dudemos de esa explicación. Es importante salir de las ideas planas y unicausales que imponen los chinos al mundo. Hay otras lógicas, vías, y otra racionalidad para vincular el silencio y tardanza de la burocracia de la OMS, su presidente y lo que dicen los líderes del capitalismo salvaje del comunismo chino. Dejemos el confort. Vayamos a las dudas y al pensar crítico. A lo mejor descubrimos que ahí está un Tiananmén chino sobre el mundo capitalista liberal de la democracia occidental.