Premium

Ideas preliminares tras elecciones

Avatar del Willington Paredes

Finalmente, tendremos un proceso de reestructuración orgánica con ofensiva política y retorno de líderes tóxicos para la vida democrática.

En los análisis electorales hay sesgos y orientaciones cuantitativas de maniqueísmo político, entrampados en la lógica de buenos y malos candidatos que no razonan en aspectos ocultos del proceso. Ejemplo, el voto duro (puede ser ascendente o descendente según errores y acciones políticas de líderes y partidos: el programa, tipo de comunicación, etc.) que incide en los resultados. Pues en el país, regiones y ciudades hay patriarcas-jefes políticos que crean adhesiones y devoción religiosa del votante. Ayer lo hicieron Velasco, Assad Bucaram, etc. Hoy existen dos organizaciones con voto duro: RC y PSC (en descenso).

Los mayores derrotados: el Gobierno (CREO) y PSC (aunque retiene algunas alcaldías de poco peso demográfico y político). Hay triunfos con celebración festiva. Sin embargo, tienen victorias mínimas, pues por la alta fragmentación de organizaciones triunfan con una baja votación: entre 17 % y 39 %, lo que dice que la mayoría de votantes de esas ciudades y provincias no los eligieron (esto no significa que están en contra). Por ejemplo Quito, Cuenca, etc.

Además, en el análisis, la real comprensión, de vencedores y vencidos, puede tener varias lecturas e interpretaciones. Lo objetivo es que detrás de los triunfos y derrotas está el accionar de patriarcas y caudillos que, como padres tutelares, influyeron en los resultados. También en ellos incidieron errores de políticas, de conducción y gestión local. Sin embargo, ahí emergen nuevas figuras locales como Duart, Freile, Guschmer, Cevallos, Chonillo, Jaramillo, etc. hechas a puro pulso, sin el patrocinio de caudillos y patriarcas.

Los partidos derrotados: CREO, PSC, ID (con aparente renacer del moribundo).

La historia sin fin: continúan las fragmentaciones (276 organizaciones) y solo 5 con perfiles ideológicos: RC, Pachakutik, PSC, ID, PS. Sigue la influencia de patriarcas, caudillos, caciques y dueños de partidos. Pocos ciudadanos, muchos votantes. El voto duro fue determinante para RC y con fatal descenso para PSC. Aunque venció la democracia por el ritual electoral aún hay grave debilidad de ciudadanización. Finalmente, tendremos un proceso de reestructuración orgánica con ofensiva política y retorno de líderes tóxicos para la vida democrática.