Odio étnico del Ecuador imaginado
Desde 1992, por 500 años de la conquista de América, sectores indígenas reivindicaron derechos a su etnicidad, identidad y cultura.
Es un problema histórico de las sociedades de diversidad étnico-cultural. Hecho y tema de controversia. Se agudizó en la II Guerra Mundial y ha seguido. Latinoamérica lo ha tenido antes que llegaran los españoles. Aztecas, Mayas e Incas lo tuvieron. También las tribus y señoríos étnicos antes de la llegada de los incas. Desde la Colonia a nuestros días se dan confrontaciones, luchas y acciones de resentimientos y odios étnicos entre blancos, mestizos, indígenas, negros, cholos, mulatos, etc.
Desde 1992, por 500 años de la conquista de América, sectores indígenas reivindicaron derechos a su etnicidad, identidad y cultura. Se dio su primer levantamiento, que el Ecuador blanco-mestizo justificó y aprobó. Así, la Conaie se erigió como actor político. Su rol ha sido más político. Buscan cuotas de poder y cogobernar el Estado, captando ministerios e instituciones. Sus resultados electorales presidenciales son conocidos. Sus últimas acciones políticas muestran resentimientos y odios étnicos contra el Ecuador mestizo. En Oct./2019 fueron más evidentes en algunos de sus dirigentes. Los efectos están en los hechos: destrucción de símbolos como el Centro Histórico de Quito (mestizo), cortar el agua a la población mestiza de Ambato, destruir plantaciones de floricultores mestizos, secuestrar a policías y militares mestizos, ofender y violar a mujeres policías mestizas. Bloquear el bombeo de petróleo para dañar la sociedad mestiza, intentar llegar a Guayaquil para agredir y destruir a su sociedad mestiza, etc. Estos hechos no se pueden negar ni ocultar. No se trata de infiltrados sino de un conjunto de indígenas dirigidos por jefes con ese síndrome. El Ecuador debe tomar consciencia de esto y encontrar mecanismos de aceptación de lo que es vivir en sociedad democrática, donde los símbolos patrios no sean ofendidos y donde los policías y militares mestizos del Ecuador plural no sufran secuestros e intimidaciones, ni las policías sean vejadas y violadas, ni se nos amenace con crear un “ejército indígena”. Este problema no debe ser ocultado sino motivo de diálogo y acuerdo de convivencia. La bandera del Ecuador seguirá siendo amarillo, azul y rojo. También todos debemos respetar a la Policía y el Ejército ecuatoriano.