Los “otros héroes”

"Les reconocen, que están, en todo momento, jugándose la vida. Pero es necesario decir que ellos siempre estuvieron ahí"

Muchas cosas se dicen y escriben sobre hombres, héroes y superlíderes. Hay relatos literarios, periodísticos, escolares e historiográficos sobre ellos. Cada uno los presenta y expone desde su particular perspectiva. Aunque muchas veces se omite decir que algunos no son reales sino creaciones, invenciones y reproducciones de diversos imaginarios colectivos, especialmente los urbanos. Por eso, los que se suelen reivindicar en la historia, como reales y ausentes, algunas veces no son reconocidos ni valorados como tales. Pero esos relatos algo tienen en común: todos son presentados luego de sus acciones heroicas.

Hoy, cuando la pandemia del coronavirus recorre calles, plazas, pasillos de ciudades grandes y pequeñas, a las familias del Ecuador y del mundo, las miradas y la atención se concentran en los hombres y mujeres que están en primera línea del combate contra esta pandemia: médicos, enfermeras, salubristas, laboratoristas, camilleros, etc., antes anónimos. Les reconocen, que están, en todo momento, jugándose la vida. Pero es necesario decir que ellos siempre estuvieron ahí. Mas la sociedad no los veía, no los valoraba. Hoy recientemente lo hace.

Nadie deja de considerar que son los verdaderos héroes, los grandes combatientes que defienden la vida de la humanidad y de los habitantes del Ecuador. Ha sido necesario que esta terrible tragedia y angustiosa situación se dé para que nos atrevamos a tener el valor de reconocerlos como los “otros héroes”. Son ellos los que están batallando, los que se enfrentan a los efectos de esta cruel pandemia. Ojalá que luego de que este complejo momento se calme se los siga valorando como esos “otros héroes” de la humanidad que siempre han estado ahí.

Esperamos que cuando se detenga la angustia, pase el temor y llegue la tranquilidad no sea sino esa atmósfera de paz, de sosiego la que lleve al reconocimiento público de lo que ellos son, de lo que ellos hacen. Solo así podremos pagar la inmensa deuda humana, social y psicológica que tenemos con esos hombres y mujeres que día a día, en hospitales y clínicas, están enfrentando a los peligros y a la muerte. Que Dios los ampare y los siga protegiendo porque ellos son esos “otros héroes” que nadie se ha atrevido a valorar hasta ahora.