Contaminación, descontrol y pasividad

Según la OMS el 99 % de la población mundial respira un aire que supera los límites de calidad recomendados, causando graves afectaciones a la salud.

Los altos niveles de contaminación del aire en Quito obedecen a las emisiones generadas por su parque automotor. Transporte público y de carga, y automóviles particulares funcionan con combustibles fósiles de mala calidad, pues las gasolinas y el diésel que se expenden en el país tienen elevadas concentraciones de azufre. Contribuye a ahondar el problema el pésimo estado de ciertos vehículos, especialmente de buses urbanos, que no se entienden cómo pueden haber superado la revisión vehicular anual. El escenario es el mismo en Guayaquil, donde ni siquiera las unidades de la Metrovía cumplen con las regulaciones ambientales y recorren calles y avenidas emitiendo abundante humo negro.

Según la OMS el 99% de la población mundial respira un aire que supera los límites de calidad recomendados, causando graves afectaciones a la salud y millones de muerte al año, por lo que hace énfasis en la urgencia de reducir los niveles de contaminación migrando a una transportación sostenible, que utilice energías renovables que no emiten CO2 y otros gases nocivos.

Las autoridades competentes deben, de inmediato, retirar de circulación todos los vehículos que contaminan, y ejercer un control efectivo en la revisión anual y en el día a día a través de los agentes de tránsito, mientras se avanza en la transición energética.