Editorial: Acuerdos comerciales, que se noten
Al igual que el pasaje de un avión, los impuestos locales que se pagan por un carro europeo son excesivos.
Ecuador es un país eminentemente caro y, como tal, debe velar porque los acuerdos comerciales que plantean beneficios para el país, se sientan, más si la desgravación de aranceles apunta a alivianar el costo final de un producto.
El tratado firmado con la Unión Europea, con siete años de vigencia, ha dejado grandes satisfacciones al sector comercial, permitiendo que el intercambio de la oferta se diversifique mucho y que el consumidor pueda acceder también a productos más económicos. No obstante, eso no ha ocurrido aún con los carros, que desde el continente europeo, llegan bajo el abanico de nuevas marcas, pero con precios que siguen siendo extremadamente altos. Esto último porque, al igual que el pasaje de un avión, los impuestos locales que se pagan son excesivos. Hoy, los vehículos europeos ingresan con 0 % de arancel, pero en su factura llegan a gravar hasta 12 impuestos más. Tal vez no sea el momento oportuno, pero el Gobierno debería revisar esta carga fiscal que afecta al consumidor. Tampoco está demás velar porque el beneficios que plantean los tratados se den. Si bien, las estadísticas alegan que con la desgravación el costo de un carro ha llegado a bajar hasta un 30 % de su valor, lo ideal es asegurarse que ese sacrificio fiscal que está haciendo el Estado de no cobrar arancel, termine repercutiendo en la economía de los hogares.