Editorial | Adiós a un Estado inflado y pipón
En el 2023, Ecuador fue el segundo país con mayor gasto público de la región, según el Monitor Fiscal del FMI
La reducción del tamaño del Estado que propone aplicar en Argentina su primer mandatario debería ser vista como una lección de gobernanza para países como Ecuador que, soportando históricas crisis fiscales, no hace nada por ajustar sus gastos burocráticos inútiles y excesivos.
En 2023, Ecuador fue el segundo país con mayor gasto público de la región según el Monitor Fiscal (Política Fiscal en el Gran Año de Elecciones) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Con un monto equivalente al 39,7 % de su Producto Interno Bruto (PIB) solo fue superado por Brasil que, por el tamaño de su economía, puede darse el lujo de emplear mayores recursos.
La cifra preocupa y debería generar el rechazo contra los gobiernos de turno, por la incapacidad de desinflar a un Estado que años atrás fue absurdamente ‘engordado’ porque se creyó que este debía ser el motor que mueva la economía. El Gobierno actual aún está a tiempo de corregirlo. Debería desafiarse a tener un Estado más funcional y acorde a la realidad del país, eliminando entidades con gestión duplicada que, lejos de servir a la ciudadanía, son fuente de derroche de dinero público. Es hora de que el Estado también haga un sacrificio y cuide cada centavo que recauda. En emergencias fiscales como la que vivimos, esta debería ser la forma de ajustarse el cinturón y no meter la mano en el bolsillo ciudadano y a los fondos de las empresas.