Editorial: Anticiparnos al estiaje y cambiar la matriz energética

La emergencia que vivimos hoy también debería estar retando desde ya a las autoridades a ir más allá de las medidas parche

Todos los escenarios advierten sobre un inminente regreso de los cortes energéticos, mucho más con la cercanía de una sequía severa que, según se ha dicho, empezará desde septiembre próximo. La situación lejos de generar incertidumbre debería desafiar al Gobierno a evitar las consecuencias que acarrearía una nueva etapa de racionamientos o, al menos, a reducir al mínimo sus efectos. La economía no aguanta un apagón más.

En plena crisis por déficit energético, Ecuador ya ha tenido que experimentar cortes programados de electricidad e incluso un apagón nacional por una falla en una de sus líneas de transmisión, lo que ha generado cientos de millones de dólares en pérdidas a pequeños y grandes negocios que requieren de electricidad para operar. Si bien el Gobierno ha lanzado ya licitaciones para contratar barcazas y generadores como acciones inmediatas para enfrentar la próxima sequía, debería procurar que estos procesos se aceleren y que surtan los resultados esperados. Y eso no es lo único. La emergencia que vivimos hoy también debe ‘motivarnos’ a ir más allá de medidas parche. Pensar en energías renovables que reemplacen el uso de termoeléctricas e hidroeléctricas como Coca Codo Sinclair, hoy con graves problemas, deber ser el camino. Lo que viene a corto plazo podría ser inevitable, pero el futuro hay que empezar a corregirlo ya.