Editorial | Apuesta al diálogo

Es esencial que ambos gobiernos trabajen conjuntamente en un marco de diálogo y cooperación

La elección de un nuevo gobierno en México, que por primera vez estará bajo el mando de una mujer, abre la posibilidad de que mejoren las relaciones diplomáticas con Ecuador, pero hay que trabajar desde ahora para que esto ocurra una vez que cambie el mando.

El país azteca está en su legítimo derecho de seguir protestando por la decisión gubernamental de Ecuador de ordenar la irrupción policial en la sede de la Embajada mexicana en Quito para detener a un exvicepresidente, pero sus gobernantes no pueden desconocer ni mirar hacia otro lado cuando sus instituciones y el pueblo son víctimas de los tentáculos de la corrupción que aniquila las finanzas públicas y aumenta la pobreza.

Hay que hacer votos para superar la ruptura y que esta no afecte a los habitantes de ambas naciones, que no tienen ninguna responsabilidad por las decisiones de sus gobiernos. Iniciar un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales no solo beneficiaría a ambos países, sino que también podría sentar las bases para una colaboración más profunda en asuntos regionales y globales. Con la elección de una nueva presidenta en México, se presenta una oportunidad única para revitalizar los lazos y construir una agenda positiva que promueva el bienestar y el desarrollo bilateral.