Editorial: Sin ardides

En Ecuador la credibilidad de sus instituciones ha sido casi totalmente menoscabada

Tras la confirmación de que los cuerpos hallados en un manglar de Taura corresponden a los cuatro menores que fueron detenidos por elementos de la fuerza pública, es deber ineludible de la justicia determinar quiénes son los verdaderos autores del asesinato. Pero se tiene que establecer esta autoría llevando a cabo la investigación de la forma más expedita y profesional. Los criterios y versiones en que se sustenten las figuras legales a interponerse en el desarrollo del caso deben ajustarse estrictamente a la forma real en que se suscitaron los hechos, sin que intereses diversos interfieran con el fin de lograr, o bien la sanción de falsos culpables o la impunidad de los perpetradores del crimen.

En Ecuador la credibilidad de sus instituciones ha sido casi totalmente menoscabada, por eso es indispensable que este caso se esclarezca a cabalidad y se logre dilucidar si se trató de una desaparición forzada o una ejecución extraoficial.

A lo largo de su historia, las Fuerzas Armadas han contado con el reconocimiento de la sociedad ecuatoriana. Si existen malos elementos, infiltración del crimen organizado o falencias en sus procedimientos, deben someterse a depuración y a una reestructuración inmediata para que conserven su prestigio. El Estado debe garantizar que así sea pues la fuerza pública juega un rol fundamental en el rescate del país.