Editorial | Argentina se cansó de ser pobre

El hartazgo frente a la corrupción y la componenda es el denominador común en todos los países de la región

Ni siquiera el miedo y la incertidumbre que generaron muchas de las propuestas del candidato libertario, hoy ya presidente electo, impidieron que Argentina optara por el cambio. Y no un cambio tibio, sino un giro radical tras décadas de empobrecimiento. El triunfo del líder de La Libertad Avanza significa una ruptura total, no solo con el kirchnerismo, sino con todo el establecimiento político del país del sur. Una decisión que evidencia el hastío de una población cansada de la corrupción y del enriquecimiento de una élite que ha transgredido las leyes y la ética, convirtiéndose en una ‘casta’ privilegiada e intocable. El gran desafío de salir de la crisis macroeconómica requerirá del esfuerzo y colaboración de toda la nación, y deberá primar como meta el alcanzar el bienestar ciudadano.

Los contundentes resultados de segunda vuelta demuestran que no todos están dispuestos a seguir siendo pobres, desafiando los planteamientos de dirigentes de izquierda que incluso lamentan la decisión de la sociedad argentina. El mensaje de este pueblo debe ser escuchado por todos los gobiernos de América Latina. El hartazgo frente a la corrupción y la componenda es el denominador común en todos los países de la región. Todos esperan transformaciones drásticas que garanticen un futuro diferente, así como el abandono de las perversas prácticas políticas de siempre.