Editorial | ‘Aterricemos’ la conectividad aérea
Impulsar el transporte aéreo es clave para un país donde desplazarse por vía terrestre es muy riesgoso por la inseguridad
Ecuador ha dado pasos importantes para diseñar una política aérea, marcando reglas de cielos abiertos, liquidando impuestos como el ISD, que encarecían los costos operativos de las aerolíneas y, recientemente, abaratando el combustible que estas utilizan, pero por lo visto siguen siendo medidas insuficientes. El ciudadano sin embargo, continúa sintiendo que los beneficios no llegan cuando le toca comprar un boleto de avión y ve que su costo lo vuelve algo prohibitivo.
Los efectos del plan de conectividad del país deben aterrizarse. Es hora de tener un cambio significativo. No es posible que para volar entre Quito y Guayaquil se tenga que pagar más que lo que se paga en otros países como Colombia en tramos menores (Bogotá-Medellín, por ejemplo).
Impulsar el transporte aéreo es clave para un país como Ecuador, donde existen dificultades para desplazarse por vía terrestre porque la inseguridad se toma las carreteras o porque transitar por ellas es peligroso debido al mal estado en que se encuentran. Pero esto no debe ser solo una alternativa, sino una apuesta real para abaratar pasajes y fomentar el turismo. Es indispensable además sacar provecho a la capacidad instalada con que cuenta el país, volviendo a poner operativas terminales aéreas como la de Cotopaxi, entre otras, que permanecen subutilizadas o incluso abandonadas.