Editorial: Ni autoritarismo, ni intolerancia, ni represión

El autoritarismo, abusos de poder y restricción de la libertad de expresión y de prensa que marcaron la gestión

El incidente que protagonizó el ministro de Gobierno cuando llamó a una emisora radial de Quito para regañar y maltratar a un periodista y a su entrevistado por decir cosas que a él le parecían falsas, pudo haber quedado como un exabrupto y nada más si el funcionario simplemente hubiese ofrecido disculpas, sin interponer una serie de justificaciones. Mejor aún, no hubiera pasado absolutamente nada si actuaba como un demócrata a cabalidad y llamaba a informar sobre el tema y a hacer cualquier aclaración, sin alterarse ni alzar la voz. Lamentablemente, tampoco le concedió al entrevistado la opción de explicar su postura.

El autoritarismo, abusos de poder y restricción de la libertad de expresión y de prensa que marcaron la gestión del régimen que gobernó el país durante toda un década no han sido olvidados, por eso el episodio con el ministro de Gobierno causa alarma y lleva a los ecuatorianos a estar alerta.

La sociedad civil debe estar vigilante y no permitir que ese tipo de exabruptos lleguen a convertirse en norma. La responsabilidad y el patriotismo de ninguna manera pueden constituir excusa para la agresión verbal o el uso de tonos ofensivos, mucho menos conducir a imposiciones o censuras propias del absolutismo. En una democracia real no puede darse la falta de tolerancia por parte de sus autoridades hacia aquellos que expresen libremente su opinión.