Editorial: A Carondelet hay que llegar con ideas

Vemos a precandidatos tiktokeros e instragramers que se dedican a probar bebidas típicas y a comer platos criollos

A menos de seis meses de las elecciones, el ambiente preelectoral empieza a caldearse y con ello vuelve, de a poco, la ya viciada práctica de los precandidatos a la Presidencia de la República de exponerse en redes para ganar adeptos. Haciendo de todo, menos ahondando en el plan que eventualmente ejecutarían para sacar al país del fango en el que se encuentra.

 En las últimas semanas hemos empezado a ver a precandidatos tiktokeros e instragramers que se dedican a probar bebidas típicas y a comer platos criollos, denotando ser más guías gastronómicos y turísticos que reales aspirantes a Carondelet. Otros, en cambio, bailan, muestran su vida cotidiana o, como ya se ha visto antes, se dejan enganchar por retos virales, cuando el único desafío debe ser convencer a los votantes con ideas. La reactivación del país se consigue de otra forma. La imposición de mensajes sin sentido no debería tener cabida en un país que lidia con graves escollos: una crisis eléctrica que ha tocado fondo por la inacción de autoridades, la traba para concretar un plan de eliminación de subsidios que podría ser la salida de algunos males y el no poder rescatar al sistema de salud de una debacle. Los candidatos deberían hacer historia y aprovechar la oportunidad de cambiar las bases de desarrollo por las que transita el país; los votantes deberían ser más exigentes y no conformarse con lo mínimo.