Editorial | El CNE, todo, menos transparente

Una vez que el CNE sea un verdadero sinónimo de transparencia, solo ahí se podrá justificar un viaje como el de la presidenta y su fotógrafo.

La transparencia aún no se inaugura en el Consejo Nacional Electoral. El viaje de su presidenta a Estambul, Indonesia y Estados Unidos con fondos públicos y con motivaciones bastante cuestionables debe empujar a las organizaciones políticas representadas en la Asamblea Nacional a convocarla, al menos para que explique qué hizo y cómo eso beneficiará a los ecuatorianos.

Hablar en el extranjero de transparencia y de integridad electoral en Ecuador es como hablar de democracia en Cuba. Lo que primero debería interesarle a la presidenta y a los vocales del CNE es inaugurar la transparencia en el organismo que integran, dando respuesta clara a los ciudadanos sobre el contrato de voto telemático que fue un fiasco, por más que se esforzaron en encubrirlo. Deberían estar más interesados en reducir al mínimo las probabilidades de apagones informáticos, en que no existan instalaciones de centros de escrutinios paralelos, como el que denunció el vicepresidente del CNE en la Delegación del Guayas.

Una vez que el Consejo Nacional Electoral sea un verdadero sinónimo de transparencia y que Ecuador sea un país boyante, solo ahí se podrá justificar un viaje como el de la presidenta y su fotógrafo.

Cualquier explicación caerá en la categoría de excusa.