Editorial: Fin a la contaminación de alimentos
No basta con alertar, es vital que las autoridades competentes realicen controles exhaustivos
Pese a que ya en noviembre de 2023 la FDA de Estados Unidos descubrió niveles elevados de plomo en puré de frutas fabricado por una empresa ecuatoriana, y que desde entonces la ARCSA ha venido haciendo denuncias a nivel local por contaminación, no solo por plomo sino también por arsénico y otros metales pesados en alimentos, el problema continúa latente y sin visos de solución. No basta con alertar, es vital para el bienestar de la población ecuatoriana que las autoridades competentes realicen controles exhaustivos, periódicos y permanentes para evitar que esta contaminación prevalezca y conduzca a una emergencia de salud pública, con un repunte inusitado de enfermedades catastróficas.
Son numerosos los frentes en los que se debe trabajar: análisis de laboratorio que se podrían realizar a través de la colaboración de las instituciones estatales con la academia; la difusión de una campaña que instruya a la ciudadanía acerca de cómo contrarrestar los efectos de alimentos contaminados por vías naturales y/con medicación, y también siendo selectiva con las marcas que consumen; y por supuesto, estableciendo multas, fuertes sanciones e incluso la clausura de aquellas empresas en las que se descubra contaminación debido a adulteración de insumos, muchas veces con la intención de maximizar ganancias, incluso a costa del envenenamiento de los consumidores.