Editorial | Un debate real para una elección libre
El debate no se puede desperdiciar en ataques mutuos ni divagaciones. Los ecuatorianos tienen que ir a las urnas sabiendo...
Hoy se llevará acabo el debate entre los dos candidatos finalistas que aspiran a la presidencia de la República. Resultará bastante difícil, por el formato dispuesto, tratar a fondo los graves problemas del país y conocer detalladamente las soluciones que ambos proponen. Los tiempos estipulados para cada eje temático y para las correspondientes exposiciones establecen una rigidez que impide la discusión y la defensa de posturas a través de argumentos bien sustentados, y allí está la principal falencia, ya que la confrontación de posiciones constituye la esencia de un debate verdadero. Ante esta deficiencia, la ciudadanía demanda de los candidatos que dediquen el escaso tiempo de que dispondrán a puntualizar sus propuestas indicando concreta y honestamente el modo en que las financiarán, partiendo de la realidad innegable de que el Estado actualmente no tiene recursos. Hasta hoy estas respuestas se desconocen. Lo único que se sabe con certeza es que los dos candidatos plantean la convocatoria a una Constituyente; deben también entonces especificar los cambios que propondrán y quiénes integrarán esa asamblea.
El debate no se puede desperdiciar en ataques mutuos ni divagaciones. El 13 de abril los ecuatorianos tienen que ir a las urnas sabiendo con claridad y sin engaños lo que les espera en el futuro con cada una de las dos opciones. Esa es la verdadera elección libre.